Seguro que no sabía de quién era el coche. Era su objetivo y ya está. Pero una vez dentro del vehículo descubrió algo que no esperaba. Un juzgado de lo Penal de Palma condenó este jueves a nueve meses de prisión y al pago de una multa de 630 euros a un hombre, español de 43 años, por falsificar recetas médicas que encontró en un vehículo al que entró a robar y que resultó ser de una doctora.
El procesado, que cuenta con múltiples antecedentes penales y actualmente se encuentra en prisión, aceptó la pena impuesta, a la que llegó tras un acuerdo de conformidad entre las partes antes de iniciarse la vista. El imputado, que se declaró culpable de un delito de falsedad en documento oficial y uno leve de hurto, deberá indemnizar a la facultativa con 500 euros en concepto de responsabilidad civil.
Los hechos enjuiciados tuvieron lugar la noche del 14 de marzo del pasado año. El hombre se introdujo en un Mercedes modelo A en la calle Tomás Forteza. No empleó la fuerza, ya que una de las puertas traseras se encontraba mal cerrada. Una vez en el interior del turismo se apoderó de un talonario de recetas, un sello médico y hasta de un fonendoscopio y un manual de medicina.
Con dicho material no se le ocurrió otra cosa que rellenar las recetas de su puño y letra, poniendo su nombre en la casilla del paciente, y acudió a diversas farmacias de Palma para hacerse con distintos medicamentos como Tranquimazin, Lyrica, Rivotril o Codeína. La Policía Nacional detuvo al sospechoso, un viejo conocido, horas después de conocerse lo ocurrido. Entre sus pertencias los agentes hallaron decenas de medicamentos, recetas y el manual de medicina.
2 comentarios
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Hay gente que no puede vivir en sociedad. Este es un claro ejemplo, múltiples antecedentes, sigue robando, lo condenan pero al salir seguramente continuará con su loable labor. Espero que con el nuevo Gobierno las leyes cambien y que sujetos como este se lo tengan que pensar antes de delinquir.
" El viejo conocido" ya está en a calle para seguir haciendo lo mismo, sin problemas, con gran alegría de la judicatura.