Los alumnos estaban citados a media mañana para recibir unas clases impartidas por especialistas en atención emocional en el marco de un plan diseñado por el Equipo Técnico Provincial para la Orientación Educativa y Profesional y el Equipo de Orientación Educativa Especializado.
«Aunque los niños son fuertes y jóvenes pero van a necesitar esa ayuda de profesionales porque han pasado un golpe muy duro», ha dicho la madre de una niña del instituto, que ha valorado la pertinencia de afrontar esta situación «cuanto antes para volver a la normalidad».
Algunos de los presentes se daban cuenta de que no era una entrada normal al centro y varios padres coincidían en que a los alumnos se les veía «más nerviosos de lo habitual y todavía con algo de miedo», pero confiaban en que ya el lunes el regreso a las clases sea como cualquier día. Recordando lo sucedido en la mañana del jueves, un padre relataba que «en un primer momento mi hijo pensó que era una broma cuando se oyeron los gritos en la clase de al lado» y ha añadido que el alumno ha pasado un día complicado «cuando ha sido consciente de lo que realmente ha sucedido».
Un sentir generalizado entre los padres del centro es esperar con cautela el curso de los acontecimientos hasta que los hechos queden esclarecidos en la investigación que se abrió tras la detención del presunto agresor.
La tía de un alumno del instituto ha reconocido que el comentario generalizado es que al presunto agresor «lo estaban acosando y lo han ido cansando» y ha dicho que los padres deben estar más pendientes «de lo que llevan los alumnos en sus mochilas». El alumnado del instituto tiene previsto acabar las clases a la hora normal de cada día y ya el lunes se retomará el horario habitual, aunque se mantendrán las pautas de actuación con los menores marcadas por parte de especialistas de la Consejería de Desarrollo Educativo.
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