Tras la aparición del cuerpo sin vida, han sido muchos los expertos que han analizado lo sucedido. «A mí hay cosas que no me cuadran», confesó la periodista especializada en sucesos Cruz Morcillo este pasado lunes en el programa radiofónico La Linterna de COPE. Según Renfe, el tren llevaba sin circular desde el 24 de agosto, averiado, en la zona de talleres y desde entonces ni se ha movido ni pasado revisión. Hoy estaba circulando debido a una maniobra sin viajeros.
«Pero si no se había movido y estaba en talleres, ¿cómo es que en esa zona estaba electrificado?». Esta es una de las principales dudas que plantea la periodista sobre el caso del joven cordobés, que según las primeras hipótesis de los forenses murió electrocutado. Morcillo ha recibido algunas posibles explicaciones a esto: «Lo que me explican es que, aunque estén parados, para hacer determinadas pruebas -y con operarios de mantenimiento allí -, se puede dar corriente al tren y activar la catenaria para que coja electricidad y que sea en ese momento cuando se haya producido la muerte de Álvaro».
Sin embargo, la experta descarta la vía criminal. «Se ha levantado el secreto de sumario, lo que indica que, en principio, no hay ninguna acción de tipo criminal porque se habría preservado más esa investigación», apunta Cruz. «Parece que Álvaro vuelve a acceder, por tercera vez, a las vías del tren. Algunos hablan de que fue por una zona de la valla que estaba rota. Su único objetivo era regresar a casa. No sabemos si puede que se confundiera y que pensara que desde ese tren iba a acceder a los andenes del AVE de donde ya lo habían echado. La hipótesis más probable es que se hubiera electrocutado y habría sido en el mismo día de la desaparición». Este martes, se ha podido saber que una cámara de seguridad de una gasolinera cercana a la zona de talleres grabó al joven subido al techo del tren en el que fue encontrado sin vida.
Sobre la teoría que se ha difundido a través de redes sociales de un posible traslado del cuerpo hasta ese lugar. Morcillo recuerda que el levantamiento del secreto sumario tan pronto indica que esto es lo menos probable y recuerda otros casos: «Recordemos el caso de Esther López en Traspinedo, pasaron cientos de personas en las batidas, incluida la Guardia Civil y no vieron el cuerpo junto a la cuneta después de un mes; o el caso de Pablo Sierra, un estudiante de Matemáticas de Badajoz que volvía a su residencia universitaria, situada a las afueras de Badajoz, tras haber pasado la noche en un bar con sus amigos en el centro de la ciudad, se despistó y cayó al río y se ahogó».
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