Según fuentes próximas al caso, las declaraciones espontáneas realizadas por el varón, español de 53 años, conforman a día de hoy la principal teoría de la causa de la fuerte deflagración, toda vez que el equipo del Laboratorio de Criminalística de la Benemérita aún no ha podido acceder al lugar de la explosión.
Tal y como detallan las mismas fuentes, el perjudicado sigue ingresado en el hospital del Vall d´Hebron de Barcelona en coma inducido y con quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo. Al parecer, el hombre estaba atravesando un mal momento personal y había comentado varias veces en el pueblo que quería quitarse la vida.
El suceso tuvo lugar minutos antes de las 23.00 horas del lunes en el número 22 de la calle Nord. Una potente deflagración en una bombona de butano que había en una casa provocó el derrumbe de la vivienda y afectó a la que había debajo. Esto provocó heridas a dos varones, ambos españoles, los moradores de ambos inmuebles. Dos agentes de la Guardia Civil, con la ayuda de dos residentes, acudieron en busca de uno de los heridos, al que hallaron casi sin poder respirar y gravemente herido. Había sufrido quemaduras en buena parte de su cuerpo y se encontraba medio inconsciente. El otro perjudicado, el que vivía en la casa de abajo, resultó herido leve.
Durante las horas posteriores los bomberos acudieron al lugar de los hechos para iniciar el desescombro de las viviendas, de las que pudieron rescatar algunos objetos personales y poco más.
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