En la sentencia, dictada en el mismo acto por la jueza tras el acuerdo de conformidad entre las partes, también se establece que el chico no podrá acercarse ni comunicarse con la víctima durante los tres próximos años.
El joven había mantenido una relación sentimental con la víctima durante algo más de dos años. En ese tiempo colocó en el coche de la chica, sin que ella lo supiera, un dispositivo geolocalizador de la marca TK Star imantado en la rueda de recambio que había en el maletero. Con ello y con dos aplicaciones en su teléfono móvil podía conocer en tiempo real la ubicación de la perjudicada.
Durante meses se presentó en los mismos lugares donde estaba ella, ante la sorpresa de esta, que no sabía qué ocurría para que siempre supiera el lugar al que iba a ir. El 7 de enero de 2023, sobre las 20.00 horas, el procesado se presentó en la plaza del Vapor de Palma, donde su expareja se hallaba cenando en una pizzería con unos amigos y le reprochó la compañía. Minutos después hizo lo propio en un local de Santa Catalina. La joven, alterada por lo ocurrido, cogió el coche y se marchó sin rumbo. Minutos más tarde detuvo su vehículo cerca de Algaida. Y apareció de repente su exnovio.
La perjudicada, presa del pánico, dio la vuelta para dirigirse de nuevo a Palma. La chica durante el camino, y mientras veía que el perjudicado le seguía, llamó al 112 para explicarle lo que pasaba. Al llegar a su lugar de residencia, en la capital balear, le esperaba una dotación de la Policía Local. Los agentes le convencieron para ir a denunciar los hechos al cuartel de San Fernando. Y por allí también estaba el sospechoso, que quedó arrestado al momento. Tras revisar el coche de la joven, los funcionarios hallaron el dispositivo GPS que tiempo atrás había colocado el procesado.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
"... no podrá acercarse ni comunicarse con la víctima durante los tres próximos años". Con los antecedentes del "mojamé", ¿Cómo se pueden dictar estas sentencias?