El joven fue arrestado el pasado 31 de mayo cuando se disponía a abandonar la Isla en un vuelo a Nápoles. | POLICÍA NACIONAL.

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La Policía Nacional, en una operación conjunta con el FBI, han detenido en el aeropuerto de Palma a un ciberestafador que atacó a 45 empresas de Estados Unidos. El joven, de 22 años y origen británico, era el líder de un grupo organizado dedicado al robo de información de empresas y de criptomonedas y llegó a hacerse con el control de 391 bitcoins por valor de más de 27 millones de dólares. Fue arrestado cuando se disponía a abandonar Mallorca en un vuelo con destino a Nápoles.

El 'modus operandi' consistía en obtener, a través de técnicas de 'phishing' a particulares, credenciales de acceso a empresas. A continuación utilizaba estas credenciales para apoderarse de información sensible o para conseguir las carteras de criptomonedas de las víctimas y hacerse con ellas.

La investigación, que ha sido llevada a cabo por la Unidad Central de Ciberdelincuencia, con la colaboración de agentes de la Jefatura Superior de Balears, se inició a finales del pasado mes de mayo cuando la Oficina del FBI en Los Ángeles, a través de su enlace en España, solicitó información a la Policía Nacional sobre un ciudadano británico que sospechaban que podía encontrarse en nuestro país.

El investigado era supuestamente el responsable de numerosos ataques informáticos a empresas de Estados Unidos. Los agentes empezaron a realizar una serie de gestiones para tratar de localizar al joven, que había llegado a España a finales de mayo a través del aeropuerto de El Prat de Barcelona.

Mientras los policías realizaban las gestiones policiales pertinentes, el FBI informó de que se había emitido una Orden Internacional de Detención (OID) contra el sospechoso por parte de un Juzgado del Distrito Central de California. Por este motivo, se intensificaron las pesquisas para localizarlo y averiguaron que se encontraba en Mallorca.

Los responsables de la investigación activaron los mecanismos de cooperación policial y establecieron un dispositivo que finalizó con el arresto del prófugo, el pasado 31 de mayo, en el aeropuerto de Son Sant Joan. En el momento de la detención portaba un ordenador portátil y un teléfono móvil, que le fueron intervenidos, y la autoridad judicial decretó su ingreso en prisión.