En ese momento, «los elefantes supuestamente lo atacaron y lo mataron. Los compañeros de la víctima, que procedían todos de Boksburg, Johannesburgo, no sufrieron daños. Según los informes, la víctima es de España», precisó la fuente. Aunque el portavoz policial no facilitó información sobre la identidad de la víctima, el periódico el Heraldo de Aragón, que citó fuentes oficiales españolas, confirmó que se trata del ciudadano Carlos Luna, un vecino de la localidad de Ejea de los Caballeros, en la provincia española de Zaragoza (norte), que participaba en un safari fotográfico en Sudáfrica.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de España confirmaron a EFE desde Madrid el fallecimiento y la asistencia a la familia desde la Embajada de España en Pretoria. El ciudadano español visitaba el parque de Pilanesberg, una reserva de animales que ocupa un área de unas 55.000 hectáreas a unos 200 kilómetros de Johannesburgo, cuando se topó con la manada, informó en un comunicado el director interino de conservación de la Junta de Parques y Turismo de la provincia del Noroeste (donde está la reserva), Pieter Nel. Según testigos presenciales, los elefantes se encontraban a cierta distancia del camino por el que circulaban, por lo que el hombre se apeó del vehículo y se acercó a pie a para tomar fotografías.
«A pesar de las advertencias de sus compañeros de viaje y de los ocupantes de otros dos vehículos que se encontraban en el lugar del avistamiento, lamentablemente no hizo caso», señaló Nel en un comunicado que publican este martes medios locales. Entonces, agregó el director, «un elefante adulto cargó contra el hombre». «Desgraciadamente, no pudo escapar ni eludir al elefante, al que se había unido toda la manada, y fue alcanzado y pisoteado hasta la muerte. Los elefantes se alejaron inmediatamente del lugar sin agredir a los vehículos cercanos y finalmente desaparecieron entre los arbustos» señaló.
En una entrevista con el canal de televisión regional Newzroom Afrika, Nel reiteró este martes que la responsabilidad recae en el visitante y en el reglamento que firma cuando entra en la reserva. «Creo que en algunos casos la gente no es consciente de los peligros de los parques. Debemos recordar que estamos entrando en una zona salvaje. Es una reserva natural en todo su contexto. Y los animales que hay allí viven en un hábitat natural», aseveró. Nel, que dio su «más sentido pésame» a la familia de la víctima, insistió en que se trata de un «incidente aislado». El parque, el cuarto más grande de Sudáfrica y situado en el cráter de un antiguo volcán extinto, se estableció en 1979 y es muy visitado por los turistas.
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Es lo que tiene el postureo.