«Lo que está sucediendo en el hospital de Son Espases no tiene nombre. Un vigilante recién llegado al servicio, si le quitas las pagas, está cobrando una nómina de 1.090 euros. Estos profesionales están en primera línea y tienen que aguantar insultos, amenazas, descalificaciones, realizar tareas que no les corresponden y encima, muchas veces son víctimas de agresiones. Hay que decir basta ya», apunta Toni Sola, representante sindical del área de seguridad privada del CSIF.
«Uno de los puntos a tener presentes es que a los vigilantes se les encomiendan funciones que no les corresponden. Contenciones, control de tráfico durante los aterrizajes del helicóptero etc... todas las órdenes son de palabra, nunca por escrito. El personal sanitario debe hacer las contenciones de los pacientes, pero con la excusa de que son peligrosos, se lavan las manos y se lo endosan a los vigilantes. Y como esa, muchas más», añade.
«Estamos solicitando un reconocimiento para estos profesionales. Pedimos una equiparación a los pluses establecidos en el aeropuerto o Es Pinaret de acuerdo con el trabajo realizado y los riesgos a los que están expuestos», concluye Sola. Las negociaciones empezaron el pasado 22 de abril y los empleados piden, en concreto, un incremento salarial progresivo en concepto de plus de peligrosidad que solicitan que se haga «por hora trabajada», durante los ejercicios de 2025 y 2026 «hasta llegar a la cantidad que se corresponde con las auxiliares administrativas de Eulen que también trabajan en el hospital». El sindicato pide una implicación por parte de la gerencia. Los vigilantes no descartan iniciar otro tipo de medidas más drásticas.
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