Piden 60 años de cárcel para el dueño de un bar de Palma que colocó una cámara oculta en el baño de mujeres

Imagen de los dispositivos que utilizaba para grabar en el interior del servicio del local que regentaba junto a su hermano. | CNP

Juan P. MartínezPalma15/09/24 0:30
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Con un sofisticado sistema de cámara oculta, que consistía en una botella de agua con una minúscula cámara en la etiqueta de la misma, estuvo grabando desde 2016 hasta julio de 2022 a toda aquella persona que hacía uso del váter en el servicio de mujeres en el bar que regentaba junto a su hermano muy cerca de las Avenidas de la capital balear. La Fiscalía únicamente ha podido identificar a 26 víctimas, cuatro de ellas menores de edad. El procesado, español, se enfrenta a una pena de 60 años de prisión y al pago de 6.000 euros de indemnización a cada una de las víctimas. En total, 156.000 euros. El juicio por estos hechos está previsto que se celebre en una sala de lo Penal de Vía Alemania próximamente.

Según detalla el Ministerio Público en su escrito de conclusiones provisionales, al que ha tenido acceso Ultima Hora, el acusado era el propietario, junto a su hermano, de un bar situado en una zona muy cerca de un centro comercial, colegios y tiendas. En 2016, el varón, que tiene 44 años, decidió colocar en el baño de mujeres una botella de agua con una diminuta cámara en la etiqueta. El recipiente enfocaba al váter. De esta manera, y durante al menos cuatro años, logró captar imágenes de cientos de mujeres, incluidas menores de edad, que hicieron uso del servicio del establecimiento. En las imágenes se podían ver a las perjudicadas realizando sus necesidades.

La Policía Nacional arrestó al procesado en julio de 2022 e informó de que la botella utilizada se comercializaba por internet y contaba con un sofisticado método de grabación, ya que se activaba con el movimiento y además registraba audio. Los investigadores analizaron la tarjeta de memoria que incluía el recipiente y hallaron un centenar de archivos de hasta 38 mujeres distintas. Aun así los agentes tenían la certeza de que el número de personas grabadas en el servicio superaba con creces el centenar después de tantos años colocada en el baño del concurrido establecimiento.