Joan Estrany, profesor de Gografía de la UIB y director de Risc Bal. | J. SERRA

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«Una cantidad de precipitaciones como la que se ha registrado en Valencia hubiera tenido unas dimensiones análogas». Joan Estrany, director de Risc Bal, el observatorio de riesgos naturales de Baleares y profesor de Geografía de la UIB, avisa que las Islas ya han vivido episodios similares a la tragedia de Levante y que pueden volver a repetirse. «En el Mediterráneo estas situaciones existen desde siempre y ahora, la ocupación humana y el calentamiento global aumentan su intensidad. Es una auténtica bomba por la ocupación territorial».

Sin remitirse a la tragedia de Sant Llorenç, el experto de la UIB señala que solo hace tres días, el organismo ya emitió avisos de nivel rojo por las lluvias del fin de semana en Manacor, Pollença y Campos. Ahora pone la atención en cómo evolucionará la DANA que ha provocado las lluvias en Valencia: «Hay una gran incertidumbre para predecir cómo evolucionará una bolsa de aire frío que se mueve en altura. Pero los modelos ahora mismo apuntan a dos momentos de lluvias que pueden ser intensos en Balears». Serían en torno al viernes. Lo que ocurre es que, ahora mismo, el suelo en Mallorca está saturado de agua por lo que bastarían precipitaciones de 50 litros por metro cuadrado para producir inundaciones, aunque «no a nivel catastrófico con los modelos en la mano», señala, aunque insiste que se trata de un escenario muy complicado de predecir.
Una de las diferencias entre Balears y la Península está en el tamaño de las cuencas hidrológicas, mucho má s pequeñas. Solo la del Turia ya tiene una extensión equivalente a toda la superficie del archipiélago. Las mayores en Mallorca son las del Torrent de Muro y Son Catlar en Campos. «El caudal que acumulan cuencas grandes es mucho mayor, pero como estamos en un territorio densamente poblado, el riesgo es igual».

El ejemplo de cómo se compensan ambas magnitudes está en la cuenca de Palma, que recoge agua de los municipios de la Serra y en la que viven 123.000 personas en zonas inundables. Eso es lo que provocaría, que unas precipitaciones similares a las que ha vivido Valencia en los últimos días provocaran efectos similares si se concentran en la cabecera de la cuenca.

Otro de los factores que amplifican el riesgo es la ocupación del territorio que, en Mallorca ha pasado del tres al seis por ciento de suelo urbanizado. «Estamos en una dicotomía territorial, el abandono de zonas agrícolas en la Serra provoca que tengamos la mayor superficie forestal desde los romanos y ahí hay una tendencia a que no se generen escorrentías. Sin embargo, en las zonas llanas la presencia de una mayor superficie impermeabilizada hace que el peligro sea mayor y, salgamos perdiendo en el global».

Para Estrany es necesario prevenir «con tecnología» y con sistemas que sean «robustos y fiables». También de que «la sociedad tome conciencia del riesgo y que haga caso». Recuerda que una cosa son los avisos meteorológicos que emite la AMET, que no evalúan variables hidrológicas y otras las alertas de emergencia que valoran la situación de peligro en cada momento.