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Primera alegría para el dispositivo solidario mallorquín al lograr, durante la tarde noche del martes, realizar la entrega de material humanitario y trabajar durante varias horas desembarrando las calles de Paiporta. El equipo se desmarcó del convoy al contar con una residencia en la población valenciana y mientras los más de veinticinco vehículos se reorganizaron en Siete Aguas para repartir las rutas del día siguiente y organizar las cargas, el equipo de Paiporta accedió a la población y comenzó ipso facto con la entrega humanitaria.

«No os podéis hacer una idea», decía Mari Carmen, una de las voluntarias de la furgoneta nocturna. Con ella, Xavi Colom y Miquel Gallego, contactaron con el jefe de la UME (Unidad Militar de Emergencias) y se introdujeron en algunas de las calles afectadas, entregando a los vecinos lejía, trajes de agua y material de trabajo necesario para continuar con la limpieza de su municipio. Los damnificados agradecieron infinitamente la visita y el buen hacer de los voluntarios que estuvieron hasta pasadas las doce de la noche desembarrando uno de las calles.

Así se encontró el equipo la entrada a Paiporta.
Los vecinos agradecieron infinitamente la llegada nocturna de los voluntarios mallorquines.
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«El tráiler de camas también está ya en Paiporta», explica Antonia Triguero, y sobre las ocho de la mañana de este miércoles, un nutrido grupo de voluntarios lo ha comenzado a descargar. Aunque su jornada comenzó mucho antes. A las seis, todo el equipo ha realizado la reunión de reparto y se han dividido en seis rutas distintas, que cubrirán poblaciones como Aldaia, Guadassuar, Algemesí, Catarroja y hasta una decena de municipios más.

El equipo estuvo desembarrando hasta bien entrada la noche.
Los voluntarios se dividirán en equipos de cinco furgonetas en seis rutas distintas diseminadas por todos los núcleos afectados por la DANA.

Las primeras horas del convoy mallorquín en Valencia han dado sus frutos y por delante queda aún una larga jornada marcada, a partes iguales, por la preocupación y la ilusión. «Nos piden incluso más furgonetas de las que tenemos, pero vamos a poder entregarlo todo y a ayudar todo lo posible», dicen los jefes de equipo.