Los hechos se produjeron entre agosto y diciembre de 2018. El acusado mantuvo una relación sexual esporádica con la perjudicada hasta que ella decidió finalizarla. El hombre, que tenía fotografías íntimas de la joven que fueron captadas con su consentimiento, le exigió de forma reiterada tener relaciones sexuales si no quería que se las enviara a su pareja, a otras personas o que las difundiera a través de redes sociales.
El procesado llamó a la víctima de manera insistente. La esperó casi a diario a la salida del instituto, la siguió a los locales de ocio que frecuentaba y también a su casa. A finales de octubre, la joven acudió al domicilio del acusado para convencerle de que dejara de acosarle y el hombre la llevó a la habitación de sus padres. Cerró la puerta con llave, le propinó un empujón y la arrojó contra la cama.
El agresor le dijo que le iba a hacer un masaje y ella aceptó con la condición de que fuera con ropa. Mientras le hacía el masaje la inmovilizó y la violó. Poco tiempo después, a principios de diciembre, la víctima regresó a su casa para suplicarle llorando que dejara de amenazarle con difundir las fotografías íntimas y el encausado le respondió "no grites, no grites que hay vecinos". A continuación, le cogió fuertemente por el cuello, le tapó la boca y le insultó diciéndole: "Eres una perra, una zorra, esto te pasa por infiel".
El joven añadió que "no lo hacía por maldad, pero que era la única forma que ella aceptara" y empezó a tocarle los pechos, la cogió del cuello y la llevó a su habitación, donde intentó forzarla acorralándola contra la pared, pero la madre del acusado entró en el cuarto.
El hostigamiento continuó y el 27 de diciembre advirtió a la joven de que debía acudir de nuevo a su domicilio, "haciéndolo con ganas" de mantener relaciones sexuales, y que si no lo hacía debía atenerse a las consecuencias. El joven, según recoge la Fiscalía en su escrito, iba a contar a la pareja de la víctima y a la madre de esta que se estaban viendo y también difundiría las imágenes íntimas.
Los días 1 y 5 de diciembre el acusado envió sin consentimiento de la víctima varias fotos íntimas a un usuario de internet en las que se veían los pechos de la joven y al procesado tocándoselos. El 15 y el 20 de diciembre también remitió dos imágenes de la perjudicada a otras dos personas. El ahora condenado, en esas fechas, subió las fotografías de contenido íntimo a Instagram en diferentes días y durante 24 horas y también las compartió en un grupo de WhatsApp que compartía con 128 personas.
La conducta del hombre difundiendo las fotografías íntimas de la joven, así como el acoso y el hostigamiento que sufrió, han alterado la vida y la tranquilidad de la víctima y han menoscabado su honor y su estima personal y social.
La Fiscalía reclamaba al principio del proceso judicial una condena de 19 años de cárcel para el acusado, pero este miércoles la representante del Ministerio Público ha rebajado su petición tras llegar a un acuerdo con la defensa y el abogado de la acusación particular, Germán García, del despacho Campaner Law.
4 comentarios
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Se nos hace muy difícil entender estos acuerdos a los que se llegan antes del juicio
Arruix!
Otro al que darle casa y comida y paro cuando acabe haber si también pedirá que si la piscina es climatizada. Y nuestros mayores sin residencias
...y seguimos... un altre nou vingut!!!