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Menuda sorpresa me lleve el viernes pasado con la actuación de Maribel Matín, ‘La Canija',' acompañada por la guitarra de Gaizka Baena, que también es productor, durante el almuerzo, lleno de caras conocidas de nuestra sociedad, que cada viernes se organiza en Patrón Lunares a cuya cabeza esta el gran Perico Cortés acompañado de lo más cool de los empresarios de Palma.

La historia de Patrón ya empieza a ser larga, y es la de un éxito continuado en un local que rinde homenaje al barrio de pescadores por excelencia de Palma. La Canija, que es como se la conoce en familia y artísticamente es la bomba, puro arte, gracia y una flamenca como la copa de un pino. Su voz, pese al estruendo de la conversaciones dejó a todos boquiabiertos y lleno la gran sala de las melodías aflamencadas más populares. Desde ese día la amo más cuando la escucho decir que el arte no tiene miedo, es un baile en medio de la noche, un cante en una juerga flamenca. Frescura y pureza.

En Patrón coincidí con Toni Jiménez, de la clínica de estética Aureo con una mesa de amigos divertidísima, en otra Alberto Seguí con los suyos, haciendo planes como siempre. Fue un momentazo porque la exhibición de músculos y testosterona animada por el flamenquito y una buena comida nos puso a todos de muy buen humor. Humor del bueno que diría la gran Lucila Siquier con la que almorcé en la mejor mesa, en la calle, con las mejores vistas y acompañado de Carmina Albadalejo y de Isabel Mut. En la mesa vecina teníamos a más amigos, pero ya se lo contaré otro día que me quedo sin espacio y hay mucho que contar todavía.