Un invitada, Nina Iglesias, Paula Fuster, Ángeles Cereceda, Sonia Valenzuela y José M.Fayos. | Esteban Mercer

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No voy a darles la tabarra con una sucesión del quién es quién, ni tampoco enumerarles la sucesión de genios que se agrupan en las diferentes reuniones y fiestas que aparecen en esta sección dominical, culminando ya la cima de un agosto la mar de entretenido. En la primera página habría para escribir varias biografías profesionales la mar de interesantes. No les hablo únicamente de los que aparecen en el Corín Tellado de la crónica social hispana, me refiero más a los que van pasando por las letras de la vida de manera discreta, aunque sonora, en la intimidad. Son los que más me gustan. Por eso me atraía tanto la figura y la personalidad de Juan Gómez-Acebo de Borbón, que nos ha dejado esta semana a una edad demasiado temprana y con una vida todavía muy larga que vivir en experiencias.

Me parecía un hombre amable, en extremo discreto, pese a que había elegido la profesión de artista plástico, en la que en la actualidad vende mas la imagen que la obra. La de Juan era casi oriental, como ese carácter de gamberro encerrado en sí mismo que disfrutaba de la vida que le había tocado vivir, sin ser esta todo lo fácil que pareciere. Juan tenía la mirada dulce de los hombres buenos, debía saber quién era porque procuraba estar sin estar del todo. Una vez no reímos con aquello del «tener que mostrarse» a raíz de nuestra vestimenta, con esa frase hueca se decía todo lo que un hombre que es pero que ningún beneficio tiene por ello, debía sentir frente a los que nos mostramos por trabajo o porque nos da la gana. Se ha ido un hermano querido, un padre amantísimo, un señor de los pies a la cabeza, y como sus hermanos un alma gentil con derecho a no querer ser.

El vizconde de la Torre heredó el titulo de su padre, el duque de Badajoz, que en su elegancia mítica también nos dejó demasiado temprano, como su hermano Alfonso Gómez-Acebo que se le adelantó cinco escasos meses. Escribo sobre ellos desde aquí y para los de aquí, que les querían con el alma, me constan las lágrimas que han brotado espontáneamente estos días. Y escribo también para darle un gran abrazo a sus hermanos y a todos los que les quieren. En fin, voy con mis fiestas y con mis genios favoritos. El mundo es el mundo y Mallorca todo lo demás.

Bárbara Bergman, Ángeles Cereceda y su marido Carlos Lantero.

Exposición

El 8 de agosto se inauguró la exposición de Ángeles Cerceda en la galería de Rialto Living, donde muestra sus últimas obras en una exposición titulada Agua, Catorce paisajes y tres retratos, que permanecerá hasta el 18 de septiembre. No se la pierdan. Fue una inauguración muy concurrida en la que pudimos ver a la genial Cecci Sandberg posando al lado de su retrato, Maria Antonia Perelló, directora de la Fundación Miró; pintores como Luis Maraver, Ramon Canet, Pep Coll, José M. Fayos, que siempre arropan con su presencia a sus colegas, demostrando así su grandeza. Ya saben que aquí la cosa va por ligas. En la exposición monográfica de pintura al óleo y varias acuarelas se pueden ver catorce paisajes que representan diferentes visiones sobre el tema del agua, sus reflejos y los nenúfares. Se han añadido tres retratos como muestra de una de las facetas más reconocidas de su trabajo. Actualmente compagina esta exposición en Palma con otra en Kobe, Japón. ¡Enhorabuena!