Lili de Flores, esposa de Samuel Flores, la marquesa de Fuente del Sol, Ramón Romero, la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, José Berzola, Eduardo San Juan Arias, Àngels Mercer y Francesca Franco de López de la Osa. | Esteban Mercer

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Pese al calor de la tarde mallorquina, nadie quiso faltar a la cita a la que Mayte Spinola había convocado a sus amigos más cercanos para que escucháramos su pregón para honrar a Calvià, la tierra donde su familia y la de su marido, Graciliano Barreiros, echó raíces tras decidir emprender un proyecto muy novedoso en la Isla. No es otro que construir urbanizaciones, que respetando el entorno y la tradición, pudieran acoger a familias numerosas y a amigos para, en comunidad, pasar el verano libremente y sin molestar a nadie. En ese espacio nuestra pregonera reina como un imán atrayente de culturas, sabiduría, arte y bienestar tolerante. Hija de terratenientes, descendiente de ilustres personajes de la historia de Europa, casada con uno de los empresarios más grandes que ha dado este país, madre de tres hijas estupendas que la adoran, y que yo adoro, y abuela de muchos nietos que ya vuelan solos por el mundo cosechando éxitos.

Escucharla hablar es una delicia, pues ha tenido el privilegio de conocer y tratar íntimamente a los más grandes de nuestra época, pero de sus labios jamás sale una palabra de crítica o un tono fuera de lugar. Cuenta sin juzgar a nadie, y no se salta ninguna línea roja. Voy al pregón. El acto comenzó con una procesión de autoridades rodeando a la pregonera, entre ellas la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, el delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez, y el alcalde de Calvià, Juan Antonio Amengual. El primero en hablar fue el alcalde, que ensalzó la figura de la pregonera. Juan Antonio Amengual estuvo bárbaro en su discurso, defendiendo el turismo de calidad.

Después habló Mayte desde el corazón, contó sus sentimientos por la Isla, como la ha convertido en su casa, como nació Sol de Mallorca, como desde aquí y con Joan Miró, su maestro, se enamoró de la pintura y como decidió apoyar a otros artistas con la asociación Pro Arte y Cultura. Habló de amor, generosidad y lucha desde el corazón y desde un cerebro privilegiado que ha puesto siempre al servicio de los demás. Me dijo hace no mucho Ágatha Ruiz de la Prada que hoy la gran dinamizadora de la Isla era Mayte, y estoy de acuerdo, y el otro gran dinamizador Antonio Obrador, también lo estoy. Es gracias a gente como ellos, y a hombres entregados al servicio público como Miguel Ángel Amengual que esta sociedad merece ser vivida. Calvià es un mar de culturas, por fin el mar. La cruz se llenó de flores.