Las bailarinas, ayer durante la demostración que tuvo lugar en Son Amar. | Nuria Rincón

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Fue en Son Amar, en el transcurso de una cena, cuando la escuela de baile Helwa celebró su décimo aniversario. Éste estuvo precedido por lo que denomina el bautismo de flores, ceremonia en la que la bailarina, bajo una lluvia de pétalos de rosa, recibe el nombre por el que se la conocerá en adelante. A continuación, hubo exhibición de baile a cargo del centenar de alumnas de la academia, de entre 7 y más de 50 años. Todas con sus mejores galas y deseos de construir una velada inolvidable. Los profesores también salieron a bailar y fueron los encargados de clausurar el acto.
Según nos contaba Helwa, a los dos años de haberse iniciado en el baile y cuando la bailarina está convencida de que éste va a formar parte de su vida, toma el nombre en la ceremonia del baño de rosas. «Al menos eso es lo que hacemos en nuestra academia», explicaba ayer.
Anoche fueron diez las bailarinas que se bautizaron y que tomaron los nombres de Nahla, Sekhmet, Dunya, Nahida, Farida, Ashira, Baduiha, Hafsa, Kemza y Shamsia, de procedencia árabe, turca o griega. Las bailarinas más pequeñas, cuales sacerdotisas, fueron las encargadas de que esos pétalos de rosa cayeran en forma de lluvia sobre las cabezas de las que iban a recibir su nombre.
Y, a continuación, llegó el baile. O los bailes, mejor, pues fueron diversos: el clásico egipcio con técnica del velo y falda, bailes árabes turcos, de bastones, baile con crótalos o platillos de metal que llevan adheridos a los dedos de las manos, entre otros. También bailaron a ritmo de percusión en directo con instrumentos diversos, como la darbuca, los citados crótalos o el bendir.
Durante la cena, los profesores salieron a escena. Helwa, Claudia Ceneci, Minique Neith, Sahira y Lean Mendes ofrecieron un amplio repertorio de baile del vientre, además de fusiones de samba con oriental o el solo de percusión en directo con coreografías improvisadas que no dejaron a nadie indiferente. Fue, sin duda, un bello espectáculo que si, por una parte, puso de manifiesto el buen nivel de las bailarinas de la Academia de Helwa, también demostró que es una filosofía de vida. La exhibición en categoría benjamín del colegio Sagrat Cor y el colegio San Cayetano mostró un excelente nivel, así como las intervenciones individuales de María de Carlos, Paula Pons, María Fuster, Marina Torrens y Toña Pou, Neus Pou, Paula Corominas, María Fuster y Cristina Raboso.