—¿A día de hoy ha habido alguna consecuencia política del cierre?
—Nunca, absolutamente nada, cero, ninguna.
—¿Cómo recuerdas aquellos días, desde que anunciaste el cierre de Canal 9?
—Fue muy traumático. Anunciaron el cierre pero después para hacerlo efectivo pasaron unos días porque tenían que aprobar una ley para poder ejecutarlo. Cuando se aprobó, el consejo de administración se reunió en secreto y de urgencia. Aquella misma noche se escampó por Twitter que iban a cerrar la televisión. Lo primero que eliminaron fue la emisión de la radio, el 28 de noviembre hacia las 23,30 horas. Fue en el momento más inoportuno porque estaban haciendo un programa de fútbol y jugaba el Valencia, con lo cual la audiencia era muy alta. Al cerrar la emisión los trabajadores de Canal 9 se enteraron y todos los compañeros fueron a ocupar las instalaciones de la televisión. Yo no pude ir hasta las 9,00 horas porque no tenía con quien dejar a mi hijo. Y desde las 00,00 horas hicieron un programa especial hasta las 12,19 horas que fue cuando nos fuimos a negro.
—A usted le tocó dar la cara y anunciar el cierre ¿Como fue aquel momento?
—El informativo empezaba a las 20,30 horas y por la mañana se publicó en el BOE la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Valencia que anulaba el ERO, lo que suponía readmitir a 1.000 personas, un escenario que no estaba contemplado por el Govern que se mantuvo en silencio todo el día, y a las 19,00 horas leí un tweet de un periodista valenciano que trabajaba en El Mundo anunciando el cierre de Canal 9, y luego Pedro J. Ramírez confirmaba esta información y aplaudía la medida.
—¿Cómo reaccionaron?
—Pues nadie se lo esperaba, y la pregunta clave era qué hacer, si seguir con el informativo o no. Finalmente decidimos que sí, y empezaron a salir un montón de ideas y de reacciones de la gente de redacción, entre ellas hacer un comunicado dando nuestra opinión ya que durante muchos años habíamos sufrido una censura que por desgracia muchos medios públicos padecen.
—¿Pensaba en algo mientras leía el comunicado?
—En el momento que lo leía yo no sabía exactamente lo que estaba diciendo porque lo cambiamos muchas veces. Mientras lo leía no pensaba en nada, tenía mucha adrenalina acumulada, si lo hubiera pensado quizás no hubiera salido a leer el comunicado, allí con todos los ojos mirándome, fue un momento muy fuerte, tenía a mis compañeros detrás, pasó todo muy rápido, fui consciente más tarde cuando ha ido pasando el tiempo, pero en aquel momento sólo pensaba que tenía que salir, que iba a ser la voz de mis compañeros y que había que hacerlo de la mejor manera posible sin ponerme nerviosa, aguantando y consciente de la críticas que iba a recibir.
—¿Quien decidió que los trabajadores se pusieran detrás?
—Pues realmente fui yo, porque quería un respaldo de mis compañeros, yo puse la cara pero quería que mis compañeros también estuvieran y en realidad esa fue la imagen que dio la vuelta al mundo, no sólo una persona leyendo el comunicado sino todos los trabajadores allí dándome apoyo.
—¿Como fue el día después?
—Yo no era nada consciente de la dimensión que todo esto iba a tomar. Aquel día acabamos muy tarde, me fui a dormir y al día siguiente cuando me levanté mi móvil quemaba. Tenía una llamada a las 9,00 horas de Gemma Nierga y a partir de ahí hice entrevistas en la SER, en el País Nacional, en A Rojo Vivo... Además en el canal continuábamos con la programación especial. Aquella noche, después del informativo hicimos un debate con todas las fuerzas políticas. El primer debate libre que hacíamos, con el PP incluido, y la verdad es que Serafín Serrano, que era conseller en aquel momento, se atrevió a venir. Fue un debate de dos horas muy intenso donde por primera vez no había tiempos y la gente podía opinar sin turnos de palabra, en ese sentido me sentí muy honrada de haber presentado este debate, algo que nunca se había visto en Canal 9.
—¿Qué nos dice de la censura en Canal 9?
—Evidentemente la había pero no voy a valorar si había más o menos censura que en otros medios públicos. Lo que está claro es que aquí en España no se ha conseguido nunca que los canales públicos sean imparciales. ¡Y quien no manipule que levante la mano! Pero más allá de la manipulación política hubo una manipulación económica. Se contrataban programas que no tenían ninguna audiencia, se gastaba un dinero que no había, se endeudaron hasta límites insospechados, todo esto acabó llevando a la ruina a Canal 9. Teníamos una audiencia aceptable pero dejaron morir la televisión, la vaciaron de contenidos, la ahogaron. Luego vino el ERO y finalmente pasó lo que se veía venir pero nadie quería ser consciente de ello.
—Y ahora estás aquí en Eivissa...
—Sí, y estoy encantada, hace cinco meses que llegué, había venido de vacaciones y ahora estoy trabajando, es un lugar fantástico, se ha convertido en mi segunda casa.
— Y además estás dirigiendo un nuevo proyecto para IB3...
—Sí, se llamará ‘La guía secreta de...'. Queremos enseñar los rincones más escondidos de Eivissa y Formentera al resto de Balears e incluso a los propios ibicencos. Mostrar esa otra Eivissa que mucha gente tiene estereoptipada. Parece mentira que en unas islas tan pequeñas haya tantas cosas desconocidas para el público en general y para los propios ibicencos.
2 comentarios
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Serafin Castellano* (Serrano XD)
Como todos los canales autonómicos, se tendrían que cerrar, pues son maquinas de perder dinero, y hacer propaganda del partido en el poder