Emilio Fernández-Segade, Matilde Thomás de Carranza, Inma Alomar, Santiago Rodríguez Miranda, Bènèdicte de Luget, Nacho Deyá, Paco Más, Concha Gómez-Puche y Arturo Lope. | Eugenia Planas

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La sede del Círculo Mallorquín, en la calle Concepción de Palma, acogió a un centenar de personas, entre socios y amigos de éstos, que disfrutaron del ambiente y de la exquisita gastronomía tradicional y 'casera'. Como viene siendo tradicional, el Círculo, con su presidente Nacho Deyá al frente, organizó una comida de matanzas, muy propia de estas fechas. A las doce del mediodía empezaron a llegar los asistentes que, regada con vinos de la tierra, disfrutaron de una degustación de productos típicos de matanzas, como longanizas, sobrassada y botifarrons . Los salones del Círculo acogieron a los comensales que, en plan distendido, tomaron el aperitivo entre amena charla. A las dos de la tarde se sirvieron las burballes y el frit de matances . La barra libre finalizó a media tarde cuando aún los comensales se arremolinaban en tertulias agradables en diversos ambientes de la sede, como los salones, la biblioteca o la terraza con techumbre. Los jóvenes socios, que acudieron a la comida acompañados de sus hijos, contaron con un servicio de guardería y juegos para los pequeños. De este modo, gentes de todas las edades pudieron disfrutar tranquilamente de una jornada festiva entre amigos. Una vez más, la Junta del Círculo y su presidente acertaron con su propuesta lúdica.