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La inauguración de la exposición de Francesca Martí abarrotó la calle de Sant Feliu, de Palma. de gentes que acudían a la galería Gerhardt para disfrutar de Kingfisher  (Martín pescador, en castellano). En esta muestra del Proyecto Kingfisher,  la artista habla de las trayectorias, voluntarias o involuntarias, fortuitas u obligatorias, trazadas por las personas que se ven obligadas a trasladarse.

Estas poblaciones animales o humanas se ven involucradas con frecuencia en un viaje insospechado de final incierto. Francesca Martí quiere dar una visión global de los resultados de esta migración masiva hacia las ciudades. Sin querer dar un juicio de valor, la artista ofrece su punto de vista construido desde la mera observación. El tema y las piezas resultaron muy atractivas. En la exposición también se inserta una proyección de la videoperformance Danza migrante, del bailarín Surnu Carter.

Aunque se habla de un tema espinoso como el de la migración, física y mental, la muestra resulta alegre y atractiva porque transmite mucha energía a través de los colores.