Miles de personas saltan junto a los caballos en pleno Jaleo. | Julián Aguirre
El toque de flabiol de Sebastià Salort hizo vibrar a los cientos de fervientes que se encontraban en la estrecha calle Santissim, en Ciutadella desde donde comenzó a recorrer todos los callejones en busca de todos los caixer que protagonizan estas inigualables fiestas de Menorca. Y, es que con el permiso del caixer senyor, José María de Sintas Zaforteza, el flabioler comienza «es replec» para completar la cabalgata. Desde ese momento, las dos del mediodía, fue un ir y venir de personas, especialmente jovenes con las botellas de gin y limonada, bien fresquito, donde van invitando a amigos y conocidos a un trago y brindar por las fiestas.
Saludos y abrazos de muchos mallorquines al encontrarse en su camino, donde quedan para más tarde. Gente de Sineu, Manacor, Andratx, Calvià, Palma, Sóller, en definitiva de toda la Isla han venido, unos por primera vez, otros desde hace años, para pasarlo en grande. Una fiesta que se vive de noche y de día, pero siempre en la calle. Sobre las cuatro y media de la tarde se recogió el ultimo caixer y el flabioler pide permiso al caixer senyor para ir a buscar la bandera a la casa del caixer casat. Cada uno de esos momentos son seguidos por decenas de personas, que a medio camino, hacen un alto para tomar un gin amb llimona. Antes de que todos los caixers lleguen a la plaça des Born acuden al hospital geriátrico para saludar a los mayores y enfermos. A las seis de la tarde, un ambiente multitudinario espera con ansia la entrada de los caixers que comienza con el galopar del caixer senyor, y al ritmo del sonido popular de estas fiestas comienza el jaleo. Jovenes y mayores saltan junto a los caballos, donde la mala suerte hace caer al Caixer Capellà, Florenci Saste quien tuvo que ser trasladado a urgencias. Un plástico, que hizo resbalar al caballo, parece ser el motivo de la caída. Pero la fiesta continuó con el ambiente de numerosos jóvenes jaleando ante los caixers.
Por otro lado, el puerto de Ciutadella, es otro de los lugares que muchos mallorquines frecuentan. Y donde precisamente vimos al presidente del Partido Popular en Balears, José Ramón Bauzá que se reunió a manteles en el restaurante Casa Manolo con el alcalde de Manacor, Antoni Pastor y otros amigos. Juntos a ellos un numeroso grupo de Sineu. En uno de los yates amarrados, gente de Sóller que desde el domingo disfruta en las diferentes calas de Menorca. Por la tarde, el punto de encuentro estuvo en la batalla de las avellanas, donde como manda la tradición la mujer o el hombre lanza un puñado de este fruto a su enamorado.
2 comentarios
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Les Festes de sant Joan no són perilloses en cap sentit. Per favor, parli amb arguments i no digui tonteries.
En un temps en què l'Administració pública exerceix un control extrem en matèria de seguretat, com és el cas de les exagerades mesures que seguretat que obliga a aplicar a les empreses, resulta incomprensible com la mateixa Administració consent que es celebrin festes tan perilloses, en les quals sempre hi ha ferits de diversa consideració, i fins i tot qualque desgràcia irreversible. Els responsables polítics no actuen de la mateixa manera en matèria de seguretat en llocs de treball que en festes ¿per què? Seria interessant que la Fiscalia obrís una investigació sobre com s'autoritzen aquestes festes (no només a Ciutadella, sinó a qualsevol altre poble) tan perilloses, i que s'aclareixi la responsabilitat de cadascú. És una imprudència temerària. Festa sí, però amb seguretat.