Rafael Nadal con Micki Jaume, Esther Ventura y Alejandro Borrás, organizadores del evento musical que reunió a deportistas, músicos y familiares de los niños cantores. | Eugenia Planas
Completo estaba el aforo del Trui Teatre la noche en que el músico y director de orquesta Rafael Nadal, abuelo del número uno del tenis mundial, estrenó la ópera infantil Brundibar, de la que es director musical. El tenista mallorquín arropó a su abuelo en este proyecto que cuenta con la colaboración de Banesto, Mapfre, la Fundación Iberostar y el Grup Serra. En las primeras filas se encontraban tres generaciones de la familia Nadal: la esposa del músico, Bel Homar; sus hijos, la hermana de Rafael Nadal y tía abuela del tenista, Juana Nadal, y la novia de Rafa, Xisca Perelló. El nieto del músico fue aclamado por una multitud de niños que solicitaban autógrafos y algunas madres que suspiraban a su paso por la platea del teatro. Presentes en el acto estuvieron el president del Govern balear, Francesc Antich, y deportistas, músicos y aficionados a la música y al tenis. Tras el revuelo causado por la presencia de Nadal, comenzó Brundibar, en la que actuaron la Coral de Sant Josep Obrer y catorce músicos de la Jove Orquestra Balear, a las órdenes de Rafael Nadal como director musical y de Serafín Giscafré, director artístico del montaje.
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