Un celador lleva a la actriz norteamericana Halle Berry en silla de ruedas hasta el coche que la esperaba junto a una de las puertas traseras de la Policlínica Miramar. | Julián Aguirre

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Cerca de las 10.30 horas de ayer, la actriz norteamericana Halle Berry entraba por la puerta de Urgencias de la Policlínica Miramar, acompañada por su guardaespaldas y otras personas. Rápidamente fue atendida de su dolencia en la pierna izquierda, contratiempo que se produjo, presuntamente, cuando caminaba por la finca Sa Salrana, en Sóller, donde se aloja mientras rueda la película 'Cloud Atlas'.

Para que no despertase expectación en el hospital, se hizo un ingreso con un nombre ficticio, Daisy Row, y para que otros pacientes no la reconocieran en la sala de espera, se le habilitó la habitación 119. Durante ese tiempo, su guardaespaldas, junto a miembros del equipo de rodaje y, supuestamente, personal sanitario recorrieron y comprobaron la zona para que no accediera ningún paparazzi o reportero gráfico.

Se intentó impedir por todos los medios que se filtrara información al exterior o que corriera la voz de que la bella actriz, ganadora de un Premio Emmy, un Globo de Oro y un Oscar, entre otros galardones cinematográficos, estaba en Urgencias.

Una vez atendida por los doctores, se le realizó una completa radiografía de la pierna. Ya en la habitación a la espera de los resultados, Halle pidió algo de comer, solicitando un sandwich, que se preparó en la misma cafetería del hospital. El diagnóstico parece ser una fractura de metatarso, algo que no impedirá que la actriz continúe el rodaje en la Isla, según confirmó la productora americana.

Sobre las doce y media, por una puerta trasera de la Policlínica, un celador empujaba la silla de ruedas en la que iba Halle. Hasta la puerta del coche la acompañaron médicos y enfermeras que la habían atendido. En el coche, además del informe médico, se introdujeron un par de muletas.