Miquel Riera | G. Zanoguera

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Irónico, divertido, sociable, encantador... No se cansa de bromear, de hecho es el humorista de la revista Desnivel. Ha publicado Psicobloc Mallorca: psicobloc deportiva-búlder, un libro sobre escalada. Miquel Riera Picón nació en Palma el 3 de julio de 1963. Es escalador. Casado, sin hijos. Su pareja, Aina, es conserje del instituto de Sóller. «Yo no tengo niños, ella sí, uno de 47 añitos que se llama Mi -él mismo- y no le hace más que desastres». Aficiones: el Barça, la radio, el bar Flexas, la ciencia en general y todo lo que tenga que ver con el humor.
Mallorca es el mejor sitio del mundo para practicar psicobloc (escalada sin cuerdas sobre el mar), pero no sólo eso, es la cuna donde nació y cada otoño se llena de escaladores de todo el mundo...
Xisco Busquets.- O sea, que al igual que Fontainebleau (Francia) es la meca de la escalada en bloque, o Yosemite (EEUU) lo es de las grandes paredes, Mallorca es la meca del psicobloc...

Miquel Riera.- Exacto. Hoy Mallorca es a la escalada lo que Hawai es al surf, es una referencia de la escalada mundial, todos los escaladores del mundo han oído hablar de Mallorca.
X.B.- Idò hem de mirar de treure duros d'això...!
M.R.- (Risas) Teniendo en cuenta la cantidad de extranjeros que nos visitan para disfrutar de nuestras vías, los responsables turísticos deberían implicarse. Por su propio interés, ya que la escalada en lugares como Kalimnos (Grecia) o Arco (Italia) es una alternativa turística importantísima y aquí lo debería ser aún más, puesto que debido al psicobloc, Mallorca es un destino conocido internacionalmente entre los escaladores.
X.B.- ¿Es cierto que tenemos una de las vías más difíciles del mundo?
M.R.- Sí. Es Pontàs, en Cala Santanyí. Es una de las más difíciles del mundo, y también la vía de escalada más famosa debido a un documental que hicimos en 2007, que ganó el EMI al mejor documental deportivo y fue el programa deportivo más visto de la NBC americana.
X.B.- ¿Y usted es el protagonista?
M.R.- No, no, yo hago de amigo del bueno (Risas). El protagonista fue Chris Sharma, el mejor escalador de alta dificultad de todos los tiempos. Según dice él mismo, es la mejor vía del mundo y su mejor escalada. Mira si es famosa esa vía, que una marca americana de zapatos le ha puesto de nombre Es Pontàs a su mejor línea de zapatos de escalada.
X.B.- ¿Qué cuenta en su libro sobre el psicobloc?
M.R.- La historia de este deporte, que nació aquí, en Mallorca, en 1978; cuatro consejos para cualquiera que llega a la Isla por primera vez. Incluye algunas zonas de escalada deportiva de la Isla...
X.B.- ¿Usted se inventó el psicobloc?

Escalar sobre el mar es algo que siempre se hizo desde el día en que un escalador pasó calor y vio un acantilado. Los propios hombres primitivos lo practicaban para coger huevos de pájaro.”

M.R.- No. ¡Qué va...! Escalar sobre el mar es algo que siempre se hizo desde el día en que un escalador pasó calor y vio un acantilado. Los propios hombres primitivos lo practicaban para coger huevos de pájaro. Yo sólo le puse el nombre y le di forma: la manera de graduar la dificultad; exploré y desarrollé las zonas de escalada y lo divulgué.
X.B.- ¿Hasta qué edad se puede practicar? Porque usted ya ha cumplido 40 años...
M.R.- Sí, sí, soy un cuarentañero, ¡que no es lo mismo que ser un cuarentón! No hay una edad, es la condición física de cada uno y las ganas que tengas. Lo que tienes enfrente es un trozo muy grande de roca con unos agarres muy pequeñitos, que se ríen de ti y te desafían, pero que siempre van a seguir ahí, así que no hay prisa ni edad para vencerlos.
X.B.- Lo que sí hay que tener es un cuerpo perfecto, ¿no?
M.R.- Para quedar bien en las fotos, sí. (Risas) Como escalas sólo con un bañador, sin camiseta, se ve casi todo lo que hay. Pero para practicar el psicobloc no hace falta ser un atleta, a no ser que aspires a ser el mejor del mundo, claro.
X.B.- ¿Qué es más importante, el estado físico o el mental?
M.R.- El estado mental, sobre todo dependiendo de a qué altura escales. A 20 metros, si la escalada es difícil, necesitas estar muy concentrado y es difícil concentrarse a tanta altura. Hace falta una buena capacidad de concentración. La adrenalina se estimula al máximo y si no eres capaz de relajarte y controlarla, te puede superar y entonces fallas.
X.B.- ¿En qué piensa?
M.R.- Eso es lo mejor, no pienso. Siempre he pensado que cuanto menos cerebro, mejor escalas. Mira a los monos, son los mejores escaladores que existen. Está clarísimo, ¡los que escalan mejor que yo es que son más tontos que yo!
X.B.- (Risas)
M.R.- Realmente no es que no pienses, es que no piensas en nada que no sea la escalada. Te centras en los cuatro metros cuadrados de roca que tienes enfrente y en controlar tu cuerpo, en ahorrar fuerzas, en apretar al máximo cuando haga falta, en no perder el equilibrio, en no pensar en nada más también. Esa es la gracia, si piensas en alguna otra cosa, no escalarás bien y puede que te caigas.
X.B.- Pero ¿teme caerse o no?
M.R.- ¡Buffffff! Claro. Para mí, el juego es ése, tener miedo pero controlarlo. Sin miedo yo no escalaría, no soy un deportista. No busco cansancio o trofeos, sólo busco emoción.
X.B.- Y si llega arriba, ¿qué siente? ¿Qué hace: grita, alardea...?
M.R.- Te sientes muy bien. Pero aunque llegue hiperexcitado, no suelo gritar. Yo grito mientras escalo, cuando es difícil o cuando estoy muy alto. Gritar me ayuda, como a los/as tenistas cuando golpean la pelota.
X.B.- ¿Qué piensa hacer el día que no pueda escalar?
M.R.- Esperar hasta que pare de llover y se seque la roca.
X.B.- ¿Tiene otros intereses además de colgarse en los acantilados?
M.R.- Sí, sí. También me interesa mucho escribir, ahora estoy recopilando artículos publicados durante los últimos 20 años para acabar un libro de humor para la editorial Desnivel...
X.B.- ¡En la revista Escalar tiene usted un consultorio sexológico...!
M.R.- Sí, sí. Es que el sexo me interesa hasta sin sexo. Para un humorista, como el sexo es la cosa más cachonda del mundo, es el mejor de los recursos, porque excepto para la gente que tiene algún prejuicio, hablar de sexo es algo que estimula el sentido del humor.
X.B.- (Risas) ¡Más cosas...!
M.R.- Pues me gusta ir a tomar una cerveza al Flexes o al Molta Barra. Escuchar los programas de Mònica Borras, de IB3, porque me gusta muchísimo la radio. Leo libros de ciencia, de filosofía... Y procuro ver los partidos del Barça, sólo del Barça, porque el futbol no me gusta, sólo me gusta el Barça,...y si pierde... tampoco me gusta el Barça. (Risas)
X.B.- ¿Añadimos algo más?
M.R.- ¿Cuándo vienes a probar?
X.B.- En setiembre, en Cala Varques.