Aplausos y abucheos. El esperado regreso del director estadounidense Terrence Malick divide Cannes con El Arbol de la vida (The Tree of Life), un drama protagonizado por Brad Pitt y Sean Penn.
La cinta relata la historia de una familia del sur de Estados Unidos durante la década de los cincuenta. Una trama de una factura cinematografía majestuosa, con una partitura musical arrolladora, escenas pastorales y etéreas y un gran reparto. Pero aún así no ha dejado a todos contentos.
La cinta, que compite por la Palma de Oro a la mejor película y era considerada el estreno más esperado en Cannes desde hace años, logró una mezcla de aplausos y abucheos igual de apasionados tras su estreno.
En ella Pitt interpreta al padre de tres niños en una ciudad de clase media que está decidido a imponer disciplina y dureza a sus hijos, incluso cuando se erosiona su fe en el mundo material y pierde su trabajo en una fábrica.
«El padre es el provisor y en la película ves que el sueño americano, conforme lo entendíamos cuando crecíamos, no funciona», dijo el actor.
Malick, que tiene fama de ser muy esquivo con los medios de comunicación, no compareció en la rueda de prensa, una opción inusual en un festival que centra fuertemente la atención en el director, obligando a los actores a defender su decisión.
«Quiere centrarse en la creación y no en la venta del producto», dijo Pitt sobre Malick, que a menudo escribe partes del guión el día del rodaje. «Es extraño para un artista esculpir cosas y luego tener que ser un vendedor», sentenció.
En la película de Malick, los personajes están situados en un plano igual al mundo natural mientras la cámara se recrea en escenas elementales como profundos cañones, volcanes en erupción, explosiones en la superficie del sol y bosques primigenios habitados por tranquilos dinosaurios. «Se trata de captar un accidente», añadió Pitt, en referencias a las muchas escenas naturales.
Los organizadores de Cannes parecen haber recibido el esperado impulso a la competición de Malick - que tardó 20 años entre su segunda película, Días del cielo, en 1978, y la tercera, La delgada línea roja, en 1998. Esa película, que también protagonizó Penn, le valió dos nominaciones al Oscar: guión y dirección. Pese a su escasa producción, continúa siendo uno de los cineastas más respetados de EEUU.
UNA CINTA MISTERIOSA
El secreto que rodea El árbol de la vida, y la aversión de Malick a ese tipo de publicidad que anhelan la mayor parte de los directores, le ha dado casi un estatus mítico entre los cinéfilos, y los tráiler y la sinopsis oficial dan poca información sobre la película.
La cinta, que fue concebida al menos hace cinco años cuando Malick completó su cuarta cinta, El nuevo mundo, protagonizada por Colin Farrell, iba a estrenarse supuestamente el año pasado pero fue retirada a última hora para ajustar el montaje.
«No diría que hay una enorme diferencia entre donde estábamos entonces y ahora», dijo Bill Pohlad, uno de los productores del largometraje. «No hay cambios radicales, es más un proceso de refinamiento».
The Tree of Life tiene una estructura atípica, remontándose a la época de los dinosaurios con una larga secuencia sin diálogo al inicio de la película, antes de saltar al futuro con Sean Pean, que interpreta la versión madura del hijo de Brad Pitt.
«La estructura no se parece a nada que hayas visto antes, es bastante compleja», dijo Pitt. «Esta película no tiene el periodo de gestación normal».
Algunos expertos de la industria que conocen a Malick, de 67 años, dicen que le ha estado dando vueltas a las ideas de la película casi 40 años, desde que comenzó su carrera en 1973 con la aclamada «Malas tierras».
«Terry lleva décadas recopilando imágenes, desde Malas Tierras», dijo Jack Fisk, director de producción y colaborador del director, a LA Times. «Cosas como eclipses y otras maravillas naturales, sólo para esta película».
«ESTATUS MITICO»
De momento, la película ha sido la más comentada de las 20 que compiten en la sección oficial de Cannes. A ello contribuyó de forma decisiva que en su estreno estrellas de la talla de Pitt se pasearan por la alfombra roja de la Riviera francesa, ocupando el hueco dejado tras el paso de otras celebrities como Angelina Jolie, Antonio Banderas, Johnny Depp o Penélope Cruz.
También supone el ecuador del festival, donde muchos críticos se han quejado de que la elegancia y el glamour aún no han sido igualados por la calidad general de las películas en competición.
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