«Nadie podría haber sabido que cuando un joven vendedor de frutas tunecino se quemó a lo bonzo en una plaza pública incitaría protestas que derrocarían a dictadores e iniciarían una ola global de disensión. En 2011, los manifestantes no sólo expresaron sus quejas, cambiaron el mundo», subraya la prestigiosa revista en su edición 'online', en la que se anunciado la decisión.
«En todos los sitios este año, la gente se ha quejado por la incapacidad de los líderes tradicionales y la irresponsabilidad de las instituciones. Los políticos no pueden mirar más allá de las próximas elecciones y se niegan a tomar decisiones difíciles. Esa es una de las razones por las que no elegimos a una persona este año», ha explicado el director de 'Time', Rick Stengel. «El liderazgo ha venido desde la base de la pirámide, no desde la cúpula», ha subrayado.
Así pues, «por capturar y resaltar un sentir global de promesa impaciente, por acabar con gobiernos y con la sabiduría tradicional, por combinar las técnicas más viejas con las más nuevas para hacer brillar la luz de la dignidad humana y, por último, por dirigir el planeta hacia un senda más democrática aunque a veces más peligrosa para el siglo XXI, el 'Manifestante' es la Persona del Año 2011 de Time», ha explicado.
Según Stengel, la historia suele verse «en retrospectiva» y «los acontecimientos se convierten en significativos solo cuando se ven en perspectiva». Sin embargo, nadie podía saber que cuando el joven tunecino Mohamed Bouazizi se quemó a lo bonzo en «una plaza pública en una localidad perdida en el mapa, desencadenaría protestas que podrían derribar a dictadores en Túnez, Egipto y Libia y hacer tambalear a regímenes en Siria, Yemen y Bahréin».
«Se han producido protestas en países cuya población total es de al menos 3.000 millones de personas y la palabra protesta ha aparecido en los diarios y 'online' más de forma exponencial este último año que en ningún otro momento de la historia», ha incidido el director de la revista.
«En todas partes, parece que la gente ha dicho que ya es suficiente», por lo que «han reclamado, no han desesperado, incluso cuando las respuestas llegaron en forma de gases lacrimógenos o balas» y asumieron «la idea de que la acción individual pueda traer un cambio colosal y colectivo», ha opinado Stengel.
En todas estas manifestaciones, ha resaltado, ha estado presente la «idea de democracia», «aunque era entendida de forma diferente en distintos lugares». Además, ha añadido, «las protestas han marcado el surgimiento de una nueva generación», al tiempo que ha descartado que las nuevas tecnologías hayan sido la clave.
«La tecnología ha importado, pero esta no ha sido una revolución tecnológica. Las redes sociales no provocaron estos movimientos, sino que los mantuvieron vivos y conectados. La tecnología nos permitió observar y expandir el virus de protesta, pero no ha sido una revolución tecnológica, ha sido una revolución humana, de corazones y mentes».
1 comentario
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también lo creo así, este ha sido un año de cambios y he tenido la suerte de estar en esa plaza que cambió el mundo y llamada ahora 14 de enero recientemente, los jóvenes son nuestro futuro, por ellos!!