Fox, que acaba de cumplir 30 años, espera su tercer hijo con Brian Austin Green, aunque la actriz presentó una demanda de divorcio en agosto del año pasado. Según la prensa especializada, la pareja está tratando de solventar sus diferencias.
«Nunca pensé que sería tan guerrera. La maternidad me ha descubierto la guerrera que hay en mí. Me sorprende lo sobrepasada que estoy siempre, mi constante preocupación por ellos», comentó la intérprete sobre sus hijos: Noah, de 3 años, y Bodhi, de 2.
«Es difícil querer a alguien tanto y a la vez estar tan aterrorizada por cualquier cosa que les pase. ¡Estoy exhausta! Y tengo toda la vida por delante aún», agregó la actriz que dejó embobado a Shia LaBeouf y medio planeta en las multimillonarias «Transformers» (2007) y «Transformers: La venganza de los caídos» (2009).
Convertida en icono sexual gracias a su personaje de Mikaela Banes, su carrera entró justo después en un bache que tuvo mucho que ver con la complicada gestión de la fama y del que, admite, aún sigue recuperándose.
«Aún estoy aprendiendo de todo aquello. Vivo en una especie de 'shock' postraumático. Aprendes a asumirlo después de experimentarlo. Creo que el pico fue con 23 años. Es una experiencia que deja heridas psicológicas, independientemente de tu personalidad», valoró Fox.
«Es una situación que pone a prueba tu fuerza y tu autoestima», añadió la actriz, que ha prometido no volver a mostrarse tan sugerente frente a las cámaras por respeto a sus hijos.
Fox, tras ese complicado periodo, volvió a la primera plana en 2014 con el sorprendente éxito de «Ninja Turtles», de la que el próximo 3 de junio se estrena en EE.UU. su continuación: «Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows».
«No me esperaba que funcionase así», comentó Fox sobre los cerca de 500 millones de dólares (445 millones de euros) que recaudó la primera parte. «Resultó mucho mejor de lo que imaginaba», indicó.
Las célebres tortugas (Michelangelo, Donatello, Leonardo y Raphael) regresan para combatir una nueva amenaza y volverán a contar con la ayuda de la periodista April O'Neil. En esta ocasión, el malvado Shredder une sus fuerzas con un siniestro científico para dominar el mundo.
«La primera película era más oscura. Se trataba de encontrar el camino adecuado. Como siempre que creas algo, no sabes muy bien la dirección correcta. Ahora conocemos los puntos fuertes: hay más comedia y acción, la historia es más ligera y orientada hacia toda la familia», declaró.
Fox, que se llevó el Razzie (el «anti-Óscar") a la peor actriz de reparto por su trabajo en la primera entrega, considera que su personaje ya se caracterizaba por su independencia en el cómic creado por Kevin Eastman y Peter Laird en la década de 1980, así como en la popular serie de televisión.
«Siempre fue alguien que se valía por sí misma y se preocupaba por su propia carrera. Eso era algo muy novedoso de ver en la pantalla en los ochenta y en los noventa. Ahora ya no es algo contracultural, pero siempre viene bien recordárselo a Hollywood», apuntó Fox, que considera que la industria «necesita crecer» a la hora de valorar adecuadamente el trabajo de las mujeres.
«Ocurre en muchos otros ámbitos, pero lo cierto es que Hollywood no es particularmente respetuoso con las mujeres. Veo un intento de cambio y es prometedor. El tema está sobre la mesa y hay presión para llevar a cabo esa transición, así que no hay alternativa. Debe haber más presencia femenina en todos los ámbitos», manifestó.
A pesar de ello, Fox, que comenzó en la industria del entretenimiento como modelo, no tiene claro que el cine sea su principal objetivo en el futuro, aunque reconoció que siempre soñó con dedicarse al séptimo arte.
«Se lo dije a mi madre con 2 ó 3 años. Siempre lo supe. Estaba enamorada de 'El mago de Oz' y de Dorothy. Parecía mi propósito o mi destino, pero luego me he dado cuenta de que quiero explorar otras facetas de mi personalidad. No siento tanta pasión por la actuación como otras personas que conozco», admitió.
En su mente no hay planes de reivindicarse como actriz con dramas arriesgados e interpretaciones sorprendentes, al estilo de Charlize Theron o Halle Berry ("no quiero ir a trabajar para sufrir», concedió), pero sus nuevos retos, asegura, están por decidir.
«Estoy explorándolos. Considero que la interpretación no es mi destino final. Puede haber sido un vehículo estupendo por un tiempo, pero siento que mi don más fuerte reside en algún otro lugar. Siento que me falta algo y que aún no he dado con ello», dijo.
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