En una serie de documentos registrados el lunes en Los Ángeles y publicados por medios de comunicación este martes, Spears expresa su «fuerte oposición» a que su padre vuelva a controlar las decisiones de su vida privada y pública, algo que ha hecho desde hace más de una década hasta que el año pasado declinó por motivos de salud.
«Britney se opone firmemente a que James regrese como el tutor de su persona. Más bien, prefiere que la señora Montgomery continúe en ese papel como lo ha hecho durante casi un año», indican los documentos judiciales publicados por el diario Los Ángeles Times.
En la solicitud, los representantes de la artista aseguran que la tutela está en un punto «que debe cambiar sustancialmente» para «reflejar los principales cambios en su estilo de vida y sus nuevos deseos».
Además afirman que la petición de que la abogada Montgomery siga con su tutela, que expira el 22 de agosto, no supone que Spears renuncie «de ninguna manera a su derecho de solicitar la terminación de la misma».
Mañana habrá una audiencia digital sobre el caso, que coincidirá con una manifestación convocada en los juzgados de Los Ángeles bajo el movimiento «#FreeBritney» (Libertad para Britney).
Ese lema ha experimentado un gran impulso en las últimas semanas en redes sociales, donde miles de mensajes critican la tutela que desde hace más de una década controla las decisiones de la vida de la artista y que algunos califican de «secuestro».
Todo se remonta al infame año 2007 para la cantante de «Toxic», marcado por un comportamiento errático y problemas con las drogas, acrecentados por el acoso de «paparazzis» tras su divorcio de Kevin Federline y el lanzamiento del disco «Blackout».
El padre de Spears tuvo un importante rol en aquellos momentos, asumiendo su tutela cuando en 2008 fue ingresada en un psiquiátrico y perdió la custodia de sus hijos.
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