La nueva colaboradora del programa ha querido despejar algunas dudas sobre este supuesto diario, que ha definido mejor como unos «manuscritos» que sí existen, a pesar de que los Mohedano negaran su existencia. Por su parte, Ortega Cano solo los recuerda a medias, pero la propia Rocío Jurado aseguró en su día que tenía toda su vida guardada en notas y audios.
Unos anotaciones que su hija descubrió hace 15 años y que están a punto de ver la luz. «No sabía que estaban allí, me los encontré. Pero perteneciéndole a ella, me permanecían a mi», ha explicado Carrasco durante el programa.
Aunque no ha desvelado con mucha profundidad el contenido de estas notas, se lo reserva para la segunda parte de su docuserie, Rocío Carrasco ha dejado caer algunas informaciones relevantes al respecto.
Sin embargo, también ha querido explicar que esos manuscritos «no son lo más importante» que encontró en ese hallazgo de declaraciones personales de su madre.
Con Ortega Cano, que recientemente habló sobre el diario de reflexiones de Jurado, ha sido más dura: «No es verdad que Ortega Cano sepa donde están estas reflexiones. Ha rectificado porqué alguien lo ha llamado al orden. Él no ha visto nada de eso. Ortega ha mentido».
Al preguntarle sobre si ha recibido alguna llamada de familiares tras el primer documental, Carrasco se ha mostrado muy firme y lo ha dejado bien claro: «No, yo sigo teniendo a la misma gente que tenía antes», ha relatado. Sobre los Mohedano ha sido todavía más tajante: «ni he tenido una llamada, ni la espero, ni la quiero», ha sentenciado Rocío Carrasco.
Sin embargo, sobre sus hijos ha explicado que «ni la he recibido, ni la he esperado en este momento y supongo y tengo la esperanza de que en algún momento en el que todo sucederá, la vida es larga si dios quiere», ha contado la hija de Rocío Jurado.
Por último ha querido lanzar un mensaje de apoyo a todas las mujeres que sufren violencia vicaria.
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Es una vergüenza como mujer que prefiere el dinero a luchar por tener a sus hijos. La realidad de todo esto es que esta tiesa de dinero y para tener poder seguir viviendo del cuento le da lo mismo vender incluso las memorias de su madre. Vergüenza de persona
Por supuesto, se habrá de consultar los manuscritos, si existieren, como referente de la edición. Las familias suelen tener la costumbre de limar puntos conflictivos, como sucedió con Anna Frank, Teresita de Jesús y, sin duda, muchos otros documentos.