El Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga dejó el pasado martes visto para sentencia el juicio a Isabel Pantoja, acusada como cooperadora de un delito de insolvencia punible por participar la empresa Panriver, de la que era administradora única, en una operación supuestamente irregular relacionada con dicha casa. La Fiscalía pide que se le imponga una pena de tres años de prisión a la cantante y al otro acusado del mismo delito.
Más allá de lo judicial, lo que más llamó la atención fueron las lágrimas de la tonadillera en el banquillo. Totalmente destrozada, Isabel Pantoja rompió a llorar ante los medios y ante el juez, algo que causó una gran preocupación en las redes sociales.
Mucho se ha especulado con el estado de salud de la artista. También con el motivo de estas lágrimas. Sobre esto último quiso arrojar algo de luz su grana miga Raquel Bollo este fin de semana en Viva la vida. Según ella, y lejos de lo que se podía pensar, ese gesto de la artista no llega por el miedo de ir a la cárcel de nuevo.
Todo tiene que ver con los problemas y disgustos familiares por los que atraviesa desde hace algún tiempo. «Ella (Isabel Pantoja) no tenía la cabeza en el juicio. Es tan grande lo que ella tiene en su mente por todo lo que ha sucedido y le ha hundido tanto...», rememoraba Bollo, que recordó algunas frases de la tonadillera en su declaración que dejarían claras las razones de sus lágrimas.
«Dice: 'mi hermano es un hombre como Dios manda y nunca me va a hacer daño'». Una frase que, según Raquel, iría dirigida de manera indirecta a Kiko Rivera. «Lo que a ella le ha llevado por delante es el tema de su hijo. No se recupera. En lo que la conozco, eso es así...», decía rotunda la amiga de la cantante de Marinero de luces.
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Apechugar con sus actos. Si toca cárcel, cárcel.
A llorar al trullo... por ladrona