Cardona y Urrea, con su arte transformador en el Saratoga

Rocío Ollero, Xisca Castell, Maria Antònia Bibiloni y Águeda Ropero. Sentados: Emilio Cardona e Inma Bianchi. | Eugenia Planas

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En el Hotel Saratoga, donde las paredes de sus salones son un homenaje al arte contemporáneo, y en cuyos espacios el arte y sus jornadas cambian de autor mensualmente, se llegó al marzo lluvioso resguardados entre las obras de dos veteranos creadores: Emilio Ruiz Cardona y Josep Urrea. Sus seguidores llenaron de bullicio festivo los dos espacios expositivos mientras los clientes que se alojaban en el hotel seguían el evento con mirada cómplice y encantados de la nueva imagen de sus espacios de descanso o reunión.

Emilio Cardona recibió a sus numerosos seguidores. Sus ciudades a vista de pájaro y técnica compleja fueron muy aclamados. En sus trabajos ha empleado una cadena de técnicas propias, un aprendizaje diario en las que le ha costado desechar telas, y peregrinando nuevas técnicas sobre cartones, papeles de publicidad, hojas de libros, empleando siempre una técnica mixta con materiales, barniz, betún de judea, óleo y acrílicos. Finalmente, el artista transciende a la superficie del papel, y en el camino por deshacerse del cristal en el enmarcado, llega al epoxi. La pintura es para Cardona un camino trascendente, como es el, todo un investigador de nuevas técnicas y filosofía basal.

En el salón de la planta baja, Josep Urrea presentó una muestra de obras realizadas en papel, resina, látex, tierra, arena, cartón, fibra y tela, abandonando definitivamente el pincel y adquiriendo volúmenes y texturas sobre el lienzo colorido, sugestivo, atrayente.