Su pareja, Carlos Batle (práctico del puerto y de familia marinera durante generaciones) fue quien le animó a formarse para ser marinera. Fue una de las pioneras en Baleares y la primera patrona que capitanea Els Batlers, del que su esposo es armador. Está en el sector desde 2010.
Capote no es solo una de las pocas mujeres en un sector tradicionalmente masculinizado sino que además es pionera en un nuevo modelo de pesca, la turística, que otras comunidades autóctonas buscan imitar.
«Pescamos sepia, langosta... Un día calamos y al día siguiente salimos a recoger las redes. Cuando llevamos turistas salimos a las 8h. Los turistas ven como recogemos el pescado, les explicamos los distintos tipos de pescado, se lo dejamos tocar y luego lo tiran al mar. Hay situaciones muy curiosas, por ejemplo cuando las sepias los salpican de tinta», explica.
Antes, llevaban una parrilla en la barca y los turistas probaban algún pescado a la plancha recién salido del mar. «Ahora hacemos un pa amb oli, porque era complicado», dice.
Durante la jornada hacen una paradita de media hora en el Coll Baix para que los turistas puedan nadar y también hacen una visita a las cuevas de la bahía. «Tenemos la suerte de que tenemos el faro de Alcanada, las cuevas, el Coll Baix...», gusta mucho.
En su tercer año practicando pesca turística ya comienzan a tener turistas repetidores. «Vienen muchas familias y en, contra de lo que pueda parecer tenemos más españoles que turistas», señala. Todo se gestiona a través de una plataforma de reservas desde Palma. Cuesta 89 euros por adulto y la mitad cada niño. «Julio es el mes de más demanda, pero la semana pasada la teníamos completa. Estamos a merced del tiempo y a veces hay que anular», dice.
La pesca turística «es una ayuda», pero no es su actividad principal. «Ayuda mucho porque al llevar los turistas coges menos pescado y requiere menos trabajo físico, además la gente es muy amable, Se suelen ir contentos», dice la patrona de Alcúdia. En la Cofradía de Pescadores de Alcúdia, Can Picafort y Colònia de Sant Pere son dos las barcas que practican esta modalidad.
Respecto a la masculización del sector Olga Capote dice que «ojalá hubiera más mujeres, ¿por qué no? Para mi no hay trabajos de mujer ni de hombre». Mira con optimismo al futuro «aquí en la cofradía hay mucha gente joven y miramé a mi que en la vida me hubiera imaginado dedicarme a esto», dice.
Explica que «ahora tengo más tiempo para pasar con mis hijas, porque en verano a las 12 ya estamos amarrados y el resto del año a las 14h ya estamos aquí».
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