Lleva unos pocos años sembrando el arroz en los cinco quartons y medio que son propiedad de la familia y que se encuentran anexos la granja escuela que lleva el nombre de su abuelo. «Esta temporada me ha ayudado un amigo, para sembrar, cuidar y finalmente cosechar el arroz», relata Tauler.
Prácticamente siguen el mismo método que ya utilizaba su abuelo, aunque ayudados por maquinaría más moderna. Llama la atención que aún siguen usando la aventadora de Joan Bea que, con más de setenta años en funcionamiento, sigue cribando el arroz mediante un ingenioso sistema de ventilación que separa los granos según estén vacíos, semivacíos o llenos. «Antes la aventadora funcionaba a mano pero ahora ya usamos motor. El sistema sigue siendo válido y nos muestra la capacidad de inventiva que tenían nuestros mayores», explica Joan Jordi Tauler.
Otro ejemplo de la iniciativa de los agricultores poblers se encuentra, según Tauler, «en el hecho de que decidieron llevar el arroz de la albufera al campo, porque el cultivo era más sencillo de controlar y es más sencillo el riego y la recolección. Mi abuelo fue pionero en traer el arroz desde la albufera a la tierra».
Cosecha
La siembra del arroz bombeta se llevó a cabo el pasado 9 de mayo y durante el verano se ha ido controlando el crecimiento. Joan Jordi Tauler indica que «al principio hay que controlar la mala hierba para que no le gane al arroz y hay que hacerlo a mano y fumigando lo mínimo». Antes de que llegue el calor fuerte, «basta con regar cada dos días unos 45 minutos pero cuando estamos en pleno verano el riego se repite cada día durante una hora o más».
El principal problema que padecen los cultivos arroceros se encuentra en el hongo Pyricularia, que provoca que los granos crezcan vacíos. En la finca de Joan Jordi Tauler han tenido que luchar este verano contra este mal y finalmente han logrado cosechar 450 kilos por quartó, «una cifra que no es muy buena teniendo en cuenta que se considera excelente cuando se alcanza la tonelada».
La siega se realizó hace una semana en un solo día y el arroz pasó al proceso de secado, «que hacemos en la misma era y con los pies, para conseguir que remover el grano de forma natural. Luego, cuando nos piden encargos, lo llevamos a pelar y tanto lo podemos vender blanco como integral».
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