La empresa Agromallorca es la que más tomates produce en la Isla, con más de 2.000 toneladas. | Redacción Part Forana

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Agromallorca es la empresa mallorquina que más tomate produce. Con más de 2.000 toneladas anuales y 50 años de experiencia en el sector se encuentra en plena expansión y con la tercera generación de payeses al frente. Jaume Pou es nieto del fundador y es quien en estos momentos dirige la producción en las 50 hectáreas de invernaderos dedicados a la producción de hortaliza.

«La agricultura no tiene futuro en Mallorca si no empezamos a plantearnos en serio medidas para protegerla», sostiene. Una de las que apunta es «el correcto etiquetado, pues en la actualidad se vende mucho producto como mallorquín cuando en realidad no lo es».

Pou explica que «por ejemplo, ahora mismo es una época muy difícil para el tomate. Y puedo decir, sin margen de error, que el único mallorquín que se puede comprar ahora es nuestro tomate de ramallet. Todo lo demás está llegando de Almería o de Marruecos».

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El responsable de Agromallorca reconoce con pesar que «los únicos que producimos tomate en estos momentos en Mallorca somos nosotros y no la podemos vender debido a la competencia exterior». Pou rompe una lanza en favor de los hipermercados pues señala que «quien está garantizando la venta de la mayor parte de lo que producimos es la cadena Mercadona. Sin embargo, asistimos perplejos a la gran cantidad de toneladas de tomate que se canalizan a través de grandes importadores de Mercapalma, que al llegar a la tienda pasa como producto local cuando no es cierto en absoluto».

La empresa tiene terrenos en Son Ferriol, Palma e Inca. 

El joven agricultor insiste en que el futuro pasa por una industria agraria «con modernos sistemas de producción, pero respetuosos y que busquen siempre el equilibrio biológico». Sorprende observar los metros y metros cuadrados de sus invernaderos de Inca, Son Ferriol o Palma, sin presencia de la tan temida tuta absoluta, un parásito llegado los últimos años que causa estragos en las tomateras. Pou insiste en que «lo que se hace es trabajar favoreciendo el desarrollo de depredadores y de parásitos de la tuta que actúan como insecticidas naturales».

La polinización de las flores, y por ende la mejora en la producción, se deja en manos de abejorros que se encargan de ese arduo y continuo trabajo. Pero la defensa de dichos abejorros contra los pájaros la llevan a cabo dos gatos por cada invernadero. Pou sostiene que «lo que se quiere es buscar el equilibrio natural en beneficio nuestro».

La explotación agraria no es en absoluto una bicoca. El agricultor indica que «las últimas tormentas destruyeron un invernadero en sa Vinyota (Inca) que ha costado 200.000 euros. Otros dos de la finca de es Barranc (Palma) están dañados y el presupuesto es de 300.000 euros».