José Olmeda, en el huerto que tiene en Mancor. | Redacción Part Forana

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La campaña de naranja de Mallorca de este año va a entrar en su recta final con expectativas inciertas según algunos agentes del sector. Productores como Pep Oliver, de Sóller, o José Olmeda, de Inca, han finalizado la recolección de las variedades más tempranas como son la navelate y la navelina. Pero la venta sólo ha funcionado con las naranjas de mayor calibre: las destinadas a postre.

«Las de menor calibre se suelen vender como naranja de zumo y el principal cliente es la hostelería local», explica Olmeda. El productor agrega que «mientras las naranjas grandes se han terminado, las de menor calibre se están guardando en cámaras refrigeradas a la espera de que la hostelería pueda abrir al cien por cien».

El presidente de la Cooperativa Sant Bartomeu de Sóller, Miquel Gual, explica que «en estos momentos se está generando un stock importante de naranja de zumo en las cámaras de productores y en las de la cooperativa. Si la hostelería puede reabrir con garantías de una campaña veraniega aceptable será un éxito; sino es así tendremos un problema».

Pep Oliver indica que «la posibilidad de exportar naranja a Alemania ha sido un tabla de salvación importante este año». Una gran parte de la naranja de postre se ha marchado con destino al país centroeuropeo «con un precio razonable, -indica Olivera unque el payés siempre piensa que es mejorable».

Olmeda secunda que «la pandemia ha sido un severo revés para el sector y muchos productores hemos conseguido colocar nuestras naranjas tirando de iniciativa e imaginación. Muchos hemos hecho venta directa a los clientes particulares mediante cestas de frutas o con ofertas con pequeñas cantidades. No ha sido la panacea pero ha permitido un respiro». Olmeda trabaja con pequeños productores de la comarca de Inca a quienes compra la cosecha en el árbol, recoge las naranjas y las comercializa casi personalmente.

En estos momentos la campaña anual se encuentra en un impás. Está acabando la recogida de navelate y de navelina y todavía no se recoge la Valencia late. Por eso ha habido un pequeño repunte en el precio en los mercados mayoristas. Mientras hace un mes se vendía, al por mayor, a unos 0,50 euros en los puestos de Mercapalma, e incluso a 0,30 euros, ahora ha subido y se comercializa entre 0,70 y 0,90 euros. Gual indica que «probablemente descienda de nuevo cuando se empiece a comercializar la Valencia late y vuelva a haber mucha naranja en el mercado».

Competencia exterior

A esta situación es preciso agregar la competencia exterior. Olmeda explica que «no es ningún secreto que existen grandes compañías comerciales, al por menor, que se nutren de naranja de otros puntos de España y del extranjero que rivalizan en precio con la nuestra. La competencia es buena, pero en este caso no tenemos capacidad de competir porque realmente son muy grandes y poderosas y nuestras producciones no les son rival».