Guiem Colomar, en la ‘botiga’ de productos alimentarios ecológicos s’Hort d’en Guiem, en Santa Maria. | Lola Olmo

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Guiem Colomar i Matas es un payés de Santa Maria que trabaja la tierra en ecológico. El amor por el oficio de agricultor no le viene de familia. Al contrario, con 55 años decidió dar un giro radical a su vida y cambió la estresante profesión de conductor de camión por la agricultura, que ya practicaba desde hacía años como afición. En agosto de 2019, abrió en Santa Maria S’Hort d’en Guiem, una pequeña tienda en la que vende productos agrícolas de su propia cosecha, todos ellos cultivados con métodos ecológicos en su finca de Inca.

Menos de un año después llegaba la pandemia y tuvo que agudizar el ingenio para dar salida a la producción durante los meses en que su clientela no podía salir de casa. Actualmente continúa una relación muy directa con el público, de la forma más sencilla: con una lista de difusión por WhatsApp en la que publica fotos de todas las hortalizas, frutas y conservas casera que dispone cada semana, y luego reparte a domicilio los encargos personalizados por toda la comarca del Raiguer y en Palma. Al ser un pequeño negocio que lleva solo con la ayuda de la familia, no hay tiempo para el descanso. Los lunes y martes trabaja en la finca, sembrar, recoger, etc.; los miércoles por la tarde, los jueves y viernes todo el día, así como los sábados y domingos por la mañana abre la tienda y reparte a domicilio.

Guiem considera que el incremento de consumo de producto local entre la población que se vivió en Mallorca durante la pandemia no se ha consolidado. «Hemos vuelto al consumismo. Mis clientes más asiduos son extranjeros porque están mucho más concienciados, pero no viene ni un solo restaurante de los muchísimos que hay en Santa Maria, por ejemplo». En cambio, en Palma ha despertado el interés de dos comedores escolares que sirven un menú ecológico. «Hace falta promocionar más el producto local y ecológico para que la gente sea consciente y lo consuma».

El bajo consumo de producto ecológico entre la población lo achaca a «la falsa creencia que se ha extendido de que todo lo ecológico es caro; yo voy al supermercado y veo productos de temporada más caros que los míos, por ejemplo los tomates, los he visto a 7,80 cuando los míos, siendo ecológicos, los vendo a 4,90, y eso que todos los suministros necesarios para la agricultura han subido una barbaridad. La gente no es consciente de que cultivar en ecológico requiere mucho más trabajo para tratar de forma manual lo que harían los productos químicos». En este sentido, Guiem elabora un «orín de ortigas», que sustituye a determinados tratamientos fitosanitarios en el huerto. «No estamos descubriendo nada nuevo, es hacer agricultura como lo hacían nuestros abuelos», señala. En s’Hort d’en Guiem no solo se vende, también se enseña a elaborar queso vegano, pan y conservas para evitar el desperdicio de alimentos.