Joan ‘Det’, en uno de los huertos que gestiona, en el que se han plantado 420 naranjos. | Lluc Garcia

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Joan Deyá Company ‘Det' (1994) es un joven payés solleric, continuador de una saga familiar que durante siglos se ha dedicado a la agricultura en el valle de Sóller. Con estudios finalizados de ingeniería agrícola, se dedica profesionalmente a la gestión agraria de terrenos familiares y arrendados, y a la vez trabaja en la almazara familiar.

Con motivo de la próxima celebración de la Fira de la Taronja de Sóller y Fornalutx, ha sido elegido para ser el pregonero de este evento de promoción del producto local estrella. «En total nos encargamos de unas 17 quarterades de terrenos agrícola en el Valle de Sóller (una 13 hectáreas), repartidas entre olivar y cítricos, principalmente naranjas», explica Joan mientras nos atiende en uno de los huertos que actualmente gestiona.

«Aquí hemos sembrado 420 naranjos en una superficie de unos 14.000 metros cuadrados, pero terrenos como este son muy escasos en el Valle, ya que aquí predomina el minifundismo, lo que imposibilita que los cítricos se puedan gestionar de forma integral».

Joan ‘Det' cree que la naranja del Valle de Sóller tiene «un gran potencial», pero augura muchas dificultades para la obtención de sellos distintivos, aunque está convencido de que «al final se conseguirá».

Cree también que existen dos retos a superar: «una mayor profesionalización del campo solleric y conseguir que el consumidor apueste definitivamente por la producción local, lo que pasa por una sinergia con el comercio de proximidad». Aclara que «en nuestro caso valoramos mucho la confianza de nuestros clientes, que hasta ahora nunca nos han regateado los precios y son muy conscientes que en la Serra, agricultura, paisaje y economía van cogidos de la mano«». Pero opina que «para el volumen de producción que tenemos en Sóller y Fornalutx, debería haber todavía una mayor concienciación».

En cuanto a las variedades que se cultivan aquí, cree que «la navelate es la reina, ya que funciona muy bien en el Valle, pero tiene el handicap de que al ser de invierno (se comercializa entre febrero y marzo) no coincide con la temporada de mayor demanda y, además, es delicada y precisa de bastante atención».

Respeto a la reciente aprobación de la Ley de la Serra y como afectará a la agricultura en la zona, Deyá cree que «principalmente se deben reducir o suprimir del todo las trabas burocráticas al payés. No es normal que la reconstrucción de un simple marge -algo ligado desde siempre a la gestión agraria- se convierta en un problema y necesite de autorización municipal. Esperemos que esto se solucione». Deyá también valoró los grandes daños causados por la tempestad Juliette en los olivares de la Serra. «Los daños son muy irregulares dependiendo de las zonas, pero seguro que la producción caerá en picado. Algunas fincas se han salvado bastante, pero otras han quedado destrozadas», afirma.