La enóloga Araceli Oliver, de Can Ribes, de Consell. | Pep Córcoles

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La vendimia se está adelantando de nuevo este año. En las fincas de las Bodegas Miquel Oliver, de Petra, las labores comenzaron el pasado día 2 de agosto. Según cuanta Pilar Oliver, gerente y enóloga de la firma, «el año pasado ya vino muy adelantada, empezamos el día 11, y este año lo hemos hecho diez días antes». En la misma situación se encuentran las fincas de Hereus de Ribas, de Consell, donde la vendimia empezó el pasado lunes, según explica Araceli Oliver, enóloga de la empresa.

Ramón Coll, propietario de la Finca Son Bordils, de Inca, indica que en su caso comenzarán probablemente en unos pocos días. A pesar de este considerable adelanto, no es el año en que se ha comenzado a vendimiar antes, pues Son Bordils comenzó en julio varias veces a finales de los años 90 del siglo XX.

En general, los racimos están sanos, sin presencia de hongos como el mildiu o el oídio. No obstante, se observa una producción discreta. Antoni Colom, enólogo de can Ribas, precisa que «la añada presenta unas cifras normales sin que se observe un exceso de racimos».

Las variedades que están siendo recolectadas en estos momentos son las blancas: viognier, moscatel de Frontignan, giró, chardonnay y algunas otras similares. Estas variedades son de por sí muy tempranas «y la climatología mallorquina favorece aún más que maduren rápidamente», explica Colom.

Sin embargo, la campaña ha empezado también con algunos inconvenientes. La ola de calor iniciada hace unos días ha provocado un gran estrés en las vides. Araceli Oliver explica que «las plantas se llevan una paliza puesto que a las elevadas temperaturas diurnas se suma que por la noche continúa haciendo calor. Esto hace que la planta no se recupere satisfactoriamente».

Pilar Oliver incide en que «el aumento de temperaturas padecido desde hace unas semanas hace que el fruto no madure adecuadamente pues, en lugar de acumular azúcares, lo que hace es perder agua; se deshidrata».

Derivado del exceso de calor ha aparecido otro inconveniente; la acción de las aves sobre las vides. Araceli Oliver explica que «se observa últimamente un elevado número de granos de uva picados por los pájaros. Por lo que hemos visto no se trata de intentar alimentarse sino que buscan la humedad de la uva, beber, puesto que padecen también la extrema sequía». Otros agricultores han instalado ya abrevaderos para aves junto a sus cepas intentando evitar que éstas ataquen a los racimos de uva, solución que Can Ribas prevé aplicar también en breve. Araceli cuantifica «por el momento una afectación de entre 1,5 y el 2 por ciento. No es alarmante, pero conviene atajarlo para que no vaya a más».