Arnau Mateu en plena tarea de recogida de higos en su finca de Lloret, donde cultiva distintas variedades de higueras. | Lola Olmo

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Hace muchos años que Arnau Mateu cambió la vara de mando de la Alcaldía por el gancho de figueraler. Junto con un grupo de voluntarios, en 2018 crearon la Associació per a la Recuperació del Cultiu de la Figuera (ARCUFI) con el objetivo de frenar la desaparición de un cultivo como el de la higuera que, tuvo una gran relevancia en Lloret de Vistalegre y en la sociedad rural mallorquina en general. Además de plantar y cuidar nuevas higueras, dedican sus esfuerzos a conservar y divulgar las variedades de higos autóctonas de Mallorca, a documentar las muestras culturales asociadas a este cultivo y a colaborar activamente en la organización de la Festa des Sequer que se celebra en Lloret cada año.

Durante estos años, han logrado recuperar el cultivo de «variedades que ya casi habían desaparecido en Lloret, como Ull de perdiu, Cucurella y Brocalet, pero también hemos plantado tipos de higuera que no conocíamos, como las rimadas (Coll de dama rimada, Bordissot blanca rimada o Martinenca rimada)». Los socios de ARCUFI ven con tristeza cómo los figuerals van desapareciendo del paisaje mallorquín. Las higueras se van muriendo y no se plantan muchas a pesar de que es una fruta muy cotizada. «La razón de que se mueran las higueras es la sequía, pero también porque son viejas y están abandonadas, la gente ha dejado de cuidarlas».

Aunque en el pasado el higo fue un importante recurso económico para el campo mallorquín, no se trata de un cultivo fácil. «Es una fruta muy nuestra y muy buena, pero también es delicada y susceptible a la lluvia, a la humedad y a la niebla; estas lluvias que cayeron a mediados de agosto nos han hecho perder el 60 por ciento de la cosecha», explica Arnau.

Una contrariedad para esta entidad nacida en Lloret pero que ha sumado a voluntarios de toda la Isla y cuyo presidente de honor es el dueño de la mayor colección de higueras de la Isla, Montserrat Boscana, de Son Mut Nou. Sobre todo, porque el próximo 7 de septiembre se celebra la Festa des Sequer en Lloret y el acto central es una extensa exposición de higos de distintas variedades.

Para garantizar la continuidad de esta muestra, desde hace años Arnau Mateu y sus compañeros de la asociación plantan higueras en fincas de su propiedad y las cuidan todo el año, en colaboración con el Ajuntament de Lloret, que aporta el coste de los hoyos. «Tenemos que sembrar variedades menos vistosas y poco conocidas para poder ampliar la colección vegetal y evitar que se pierdan».

Con el declive de las higueras se pierde también todo un saber popular vinculado a su cultivo. Por ello, estos días enseñan a los niños a confeccionar un canyís con albons y ullastres de la garriga para secar sobre ellos los higos. También enseñan cómo preparar los higos para hacer el sequer y a elaborar figues seques y olletes tradicionales con este manjar que son los higos desecados.