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El experto David González (izquierda) ha asesorado a los agricultores de diez fincas en esta práctica. | R.D

Gori VicensPalma08/12/24 4:00
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Con la sequía que padecemos y al mismo tiempo las lluvias torrenciales que de cada día serán más habituales, es muy importante poder hacer un buen uso del agua de lluvia para la agricultura en general. Un buen sistema para conseguir este aprovechamiento del agua, incrementando la infiltración y evitar la erosión del suelo es la teoría del ‘diseño Keyline’ o ‘Línea clave’. Esta técnica tiene por objetivo diseñar y gestionar inteligentemente fincas ecológicas con la finalidad de aprovechar al máximo los recursos hídricos y devolver el suelo a su profundidad y fertilidad; creando unos canales de conducción del agua para evitar la erosión que provocan las corrientes.

Estos canales, diseñados según la finca, desembocan dentro de unas balsas donde se almacena el agua para, posteriormente, redirigirla a otras zonas de la parcela donde es necesaria.

Veinte agricultores ecológicos profesionales, socios de APAEMA, se han beneficiado de las explicaciones del experto David González, técnico de la Cooperativa Sustraiak, de Vitoria-Gasteiz. Además, 10 fincas, tras el curso teórico y práctico, fueron visitadas y asesoradas por González, quién les explicó insitu el aprovechamiento en sus parcelas.

El técnico de APAEMA, Andreu Adrover, ha incidido en que «este tipo de diseño al final lo que intenta es frenar que corra el agua con cierta fuerza y que la tierra se erosione», como sucede cuando hay lluvia torrencial, que el terreno no puede absorber de golpe toda la lluvia que cae. «Entre los canales de conducción se pueden cultivar, en líneas paralelas, hortícolas, frutales o cereales e incluso árboles forestales, aprovechando así al máximo la lluvia, además de favorecer los microorganismos, dando más fertilidad y más vida a la tierra», explica.

Las balsas instaladas en las fincas pueden ser permanentes o temporales, «de esta manera retienen un agua que poco a poco se irá filtrando porque son balsas sin impermeabilizar artificialmente, con solo tierra y la arcilla propia de la tierra bien compactada; una parte se filtra y la otra queda almacenada para regar otras zonas de la parcela. Además, son puntos de creación de mucha diversidad», apunta Adrover.

Durante el curso impartido por David González, en la parte práctica, visitaron varios terrenos, algunos con una pendiente bastante pronunciada, gracias al nivel láser pudieron ver donde marcar los canales de conducción y de riego teniendo en cuenta la inclinación del terreno.

Este importante curso y el posterior acompañamiento han sido desarrollados gracias a la financiación de la Fundación Mallorca Preservation y la empresa Camper, así como la financiación para la compra del nivel láser.

Tras el curso, algunos agricultores dependiendo de las características de su finca ya han mostrado su interés por implantar este sistema.