Joan Mayol, presidente de la Denominación de origen Oli de Mallorca, es tajante a la hora de valorar la actual campaña de elaboración de aceite: «Es la peor campaña de la historia de la DO. Es la más reducida en los 22 años de la institución». El presidente es además olivicultor desde 2007 y elabora, con su hermano Martí, aceite de oliva virgen extra ecológico, premiado en varios certámenes internacionales.
En su etapa como conseller de Agricultura inició el expediente de creación de la Denominación de Origen Oli de Mallorca. Es miembro del Consejo Regulador del Aceite de Mallorca desde 2015 y lo preside desde 2019, siendo reelegido en 2023. Es autor de numerosos libros, entre los cuales se encuentra el Libro del Aceite (El Gall editor, 2013) y de artículos técnicos y periodísticos. El productor sostiene que «se han dado varios factores coincidentes que han provocado un resultado nefasto». En primer lugar Mayol incide en una característica intrínseca del olivo y es «la producción vecera que tiene». La vecería del olivo, también llamada alternancia, se refiere a la circunstancia por la cual, tras una añada en que los árboles han dado una producción abundante, se sucede otro año en que la cosecha es significativamente menor. No obstante, los agricultores ya conocen esta dificultad del cultivo del olivo y la atajan programando un sistema de fertilización equilibrado, con dosis de aplicación adecuadas para cada parcela de olivar y teniendo en cuenta las campañas de máxima y mínima producción. «Esto ayuda a reducir el efecto de la vecería del olivo y también el impacto significativo en el rendimiento obtenido por el agricultor, especialmente en el caso de los olivos en secano», agrega.
Además «ha coincidido con un invierno muy seco que no ha favorecido la floración. Ha habido realmente poca», agrega. «Y por otra parte el verano, ha sido poco caluroso y no ha habido grandes olas de calor que hayan acabado con la mosca de la fruta (Ceratitis capitata). El díptero ha tenido buenas condiciones y ha afectado mucho. Muchas aceitunas no han llegado a madurar al ser picadas por la mosca; hay mucha oliva en el suelo», indica. Mayol añade que «hoy en día no se produce aceite con oliva del suelo. Los buenos productores buscan un aceite con baja acidez y eso solo se consigue con una aceituna sana sin una excesiva maduración». Las cifras totales de producción son realmente evocadoras. Hablan por si solas pues la de esta campaña es apenas un 25 por ciento del total de la anterior. «Es preciso decir que la cosecha de 2023 fue excepcional, y aún teniendo en cuenta la vecería no esperábamos que ésta fuese tan reducida», puntualiza.
En 2023 se contabilizaron una total de 915.000 litros de aceite molturado a partir de más de 6.000 toneladas de oliva. Este año los payeses han entregado 1.700 toneladas a las almazaras para lograr producir apenas 225.000 litros. «Las almazaras ya están cerradas, la campaña de producción ha finalizado y ya hemos comenzado con la comercialización», introduce Mayol.
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