La técnica es sencilla y eficaz. Después de usar el rallador, simplemente debes pasar una rebanada sobre la superficie del utensilio, tal como si estuvieras rallando el pan. Este alimento actuará como una esponja, absorbiendo y recogiendo los residuos que se han quedado en las cuchillas. Además, este truco ayuda a eliminar la humedad, lo que previene la proliferación de bacterias.
Pero, ¿cómo hacerlo exactamente? El proceso es tan simple como suena. Una vez que hayas terminado de rallar el queso, toma una rebanada de pan de molde, de hogaza o de cualquier tipo que tengas a mano, y rállala sobre la superficie. No sólo eliminará los restos de queso, sino que también ayudará a limpiar las cuchillas sin el riesgo de cortarte. Además también elimina cualquier olor.
Una vez hecho esto, sacude suavemente este utensilio de cocina para eliminar los restos de pan. Para una limpieza todavía más profunda, puedes pasarlo debajo de un chorro de agua caliente y luego secarlo completamente antes de guardarlo. Este método también nos puede ayudar a mantenerlo en buen estado y prolongar su vida útil. Además, es una técnica ecológica y natural, que evita la necesidad de utilizar productos que lleven químicos.
También puedes hacer lo mismo pero con una patata, eso sí ha de ser pelada y cruda, y los pasos a seguir son exactamente los mismos. Rallar la patata en el rallador, el jugo de este alimento hará que se ablande la suciedad incrustada y se vaya yendo.
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