Un aparcamiento de bicicletas eléctricas. | Efe

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Con la llegada del otoño, y más adelante de un invierno que suele ser más frío y húmedo con el cambio de año, el riesgo de lluvia genera una serie de interrogantes entre los cada vez más usuarios de bicicletas eléctricas. Un vehículo cada vez más asequible, limpio y para el que las ciudades y los lugares de trabajo se han preparado en vistas a dar cabida a sus usuarios.

La mayoría de días en Mallorca se rueda en seco. Pero las vicisitudes meteorológicas puede plantear un escenario en el que los que no estén muy puestos puedan tener una duda razonable ante el equipamiento de un motor eléctrico que impulsa a este tipo de bicicletas, un factor diferencial que ayuda a agilizar la movilidad en ciudad o en zonas sin grandes desniveles. ¿Pueden mojarse las bicicletas eléctricas?

La respuesta es afirmativa: sí se pueden mojar. De hecho, formará parte de su función en días de lluvia, aunque las hay preparadas para superar ríos, arroyos o caudales de agua sobre los que pueda rodar. Eso sí, se recomienda evitar mojar la electrónica, resistente en la gran mayoría de los casos. En su práctica totalidad, los componentes de la bicicleta se pueden mojar, al ser resistentes al agua, pero conviene ser cautos.

Grados de protección.

Las diferentes marcas establecen, en función del modelo, un Grado de Protección IP (Ingress Protection), que se señala con una cifra de dos dígitos en función de su resistencia al agua, polovo, tierra o piedras. El primero va de menos a más y de 0 a 6, y se centra en elementos no líquidos (polvo, tierra, piedras, gravilla...), mientras que el segundo establece el grado de resistencia y protección al agua, yendo de 0 a 8. Cuanto mayores son esos números, más robusta y mejor respuesta ofrece la bicicleta ante condiciones y terrenos adversos.

Consejos para un buen lavado.

Es importante evitar siempre mojar los componentes electrónicos de la bicicleta, pese a su resistencia comprobada. El material básico para una correcta limpieza, además de agua, es una esponja y un limpiador de bicicletas. Es recomendable evitar el agua a presión a la hora de actuar sobre la máquina, especialmente a la hora de apuntar hacia la cadena. Ahí, se podría hacer que la grasa interna que viene de fábrica o la de los cojinetes internos se sequen o sean eliminadas, restando efectividad.

Es también aconsejable extraer la batería antes de empezar a lavar la bicicleta, de la misma manera que secarla bien al final del lavado, procurando que el agua se dirija a la zona del motor, la pantalla, la suspensión o los cojinetes. Estos consejos básicos permitirán que el agua sea lo menos perjudicial para la bicicleta y prolonguen su vida útil. Eso sí, no hay riesgo a la hora de que se moje una bicicleta eléctrica, siempre y cuando ese impacto no sea exagerado contra el motor.