La exposición a los rayos UV del sol puede cambiar sustancialmente el aspecto y la salud de nuestro pelo | Freepik

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El sol, símbolo del verano y la vitalidad, puede tener efectos adversos en nuestro cabello. La radiación solar es uno de los factores externos que más influye en la coloración y salud del cabello. Tanto el cabello natural como el teñido pueden sufrir modificaciones significativas bajo la luz solar intensa.

Efectos en el color del cabello

El color del cabello está determinado por la melanina, un pigmento producido por los melanocitos en la papila del cabello. La radiación solar, en combinación con el oxígeno del aire, oxida los gránulos de melanina en la corteza del cabello, aclarando su color natural. Este proceso puede producir reflejos naturales en cabellos claros y un cambio de tonalidad en cabellos oscuros.

Los cabellos teñidos son particularmente susceptibles a la decoloración solar. La estructura del cabello tratado químicamente es más porosa, permitiendo que la radiación ultravioleta penetre y degrade los pigmentos artificiales más rápidamente. De igual manera, el cabello canoso puede adquirir un tono amarillento con la exposición prolongada al sol.

Daños en la estructura del cabello

Además de afectar la coloración, la radiación UV puede deteriorar la estructura proteica del cabello. La exposición a los rayos UVB, en particular, puede debilitar las proteínas capilares, haciendo que el cabello se vuelva más frágil y propenso a la rotura. Este daño es más pronunciado en cabellos que ya han sido sometidos a procesos de teñido o decoloración.

Para proteger el cabello de los efectos dañinos del sol, se recomienda el uso de productos capilares con filtro UV. Mascarillas y acondicionadores específicos pueden ayudar a mantener la hidratación y a proteger la integridad del cabello. Usar sombreros o pañuelos y evitar la exposición solar en las horas de mayor radiación también son medidas efectivas para prevenir el daño.