Las espinacas son un alimento especialmente rico en oxalatos. | PV Productions

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El oxalato es un compuesto que, aunque se encuentra naturalmente en muchas verduras y frutas, puede tener un efecto indeseado en la salud al interferir con la absorción de minerales esenciales como el calcio. Este fenómeno ocurre principalmente porque el oxalato se une al calcio en el intestino, formando cristales que no son absorbidos por el cuerpo y, en su lugar, son excretados. Este proceso, aunque natural, puede llevar a una deficiencia de calcio en personas que consumen grandes cantidades de alimentos ricos en oxalato sin complementar con otras fuentes de calcio biodisponible.

Alimentos como las espinacas, la remolacha, las almendras y el cacao son conocidos por su alto contenido en oxalato. Aunque estos alimentos son ricos en nutrientes, el oxalato que contienen puede limitar la cantidad de calcio que el cuerpo puede absorber de ellos. Esto se convierte en un problema significativo en dietas que dependen en gran medida de estos vegetales sin incluir suficientes fuentes alternativas de calcio, como los productos lácteos.

Además de afectar la absorción de calcio, los oxalatos están directamente relacionados con la formación de piedras en el riñón. Estas piedras se forman cuando el oxalato se combina con el calcio en la orina, formando cristales que eventualmente se agrupan para formar cálculos renales, una condición dolorosa y recurrente en algunas personas.

Para mitigar estos efectos, es recomendable equilibrar la dieta con alimentos bajos en oxalato y ricos en calcio, como el brócoli y los productos lácteos. Además, cocer o hervir las verduras con alto contenido en oxalato puede ayudar a reducir su concentración. De esta manera, es posible disfrutar de los beneficios de estos alimentos sin comprometer la salud ósea ni aumentar el riesgo de cálculos renales.