Puede ser de gran ayuda en situaciones concretas. | Freepik

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Viajar, acudir al veterinario o dejar a tu perro en una guardería pueden ser experiencias muy estresantes para tu mascota. Aunque algunas técnicas de familiarización y entrenamiento ayudan a reducir su ansiedad, hay ocasiones en las que los perros necesitan un soporte adicional para mantener la calma. Afortunadamente, existen suplementos naturales diseñados específicamente para estas situaciones.

Entre los más populares, se encuentran productos elaborados con ingredientes como extractos de plantas, aminoácidos y feromonas. Estos suplementos actúan relajando a tu mascota de manera suave y efectiva sin efectos sedantes fuertes. Sin embargo, es fundamental que cualquier suplemento que elijas esté respaldado por la opinión de un veterinario para asegurar que sea adecuado y seguro.

Uno de los productos más utilizados son los que contienen L-teanina, una sustancia derivada del té verde, conocida por sus propiedades calmantes. Este compuesto ayuda a reducir el nerviosismo en los perros sin provocar somnolencia. Otra opción son las feromonas sintéticas, que imitan las señales naturales que las madres transmiten a sus cachorros para inducir tranquilidad. Estas feromonas, disponibles en difusores o sprays, son ideales para situaciones de estrés como viajes en coche o visitas al veterinario.

Los beneficios de los suplementos naturales no se limitan a calmar a los perros durante los viajes o visitas médicas. También pueden ser útiles para tratar la ansiedad por separación o el miedo a los ruidos fuertes, como tormentas o fuegos artificiales. En estas situaciones, muchos dueños han reportado mejoras significativas en el comportamiento de sus perros, reduciendo los intentos de escape, los ladridos excesivos o la agresividad.

Es importante recordar que los suplementos naturales no son una solución milagrosa. Funcionan mejor cuando se combinan con técnicas de adiestramiento y un entorno tranquilo. Además, cada perro es diferente, por lo que lo que puede ser efectivo para uno, puede no serlo tanto para otro. Por ello, se recomienda un enfoque personalizado que considere la naturaleza del perro y las causas específicas de su estrés.