Cada año, millones de españoles esperan con ilusión los resultados del sorteo de la Lotería de Navidad, pero uno de los beneficiarios seguros del evento es la Agencia Tributaria. Aunque los afortunados ganadores reciben grandes premios, Hacienda se lleva una significativa porción de ese dinero. Esta práctica, que forma parte de las tradiciones navideñas, está regulada por la Ley 16/2012, de 27 de diciembre, que establece medidas fiscales para fortalecer las finanzas públicas y la actividad económica, incluyendo la tributación de los premios de loterías y apuestas organizadas por la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (SELAE).
Según esta legislación, los premios otorgados por el sorteo del Gordo están sujetos a un gravamen especial, lo que significa que, además de los impuestos habituales, los afortunados deben ceder una parte de su premio a Hacienda. Aunque este tributo es conocido por muchos aún hay quienes desconocer cómo afecta a los premios mayores. Por lo tanto, es importante estar informado sobre las normas fiscales y cómo la Agencia Tributaria gestiona la distribución de impuestos relacionados con el sorteo.
Cuando se trata de la Lotería de Navidad, es importante entender qué porcentaje del premio se lleva Hacienda. Según la normativa fiscal, los premios superiores a los 40.000 euros están sujetos a un gravamen especial que se aplica en forma de retención. Esto significa que solo se tributa por la parte del premio que exceda ese monto. Así, los premios de 40.000 euros o menos están exentos de impuestos. Para los premios mayores, la Agencia Tributaria informa que la base imponible es la cantidad que supere los 40.000 euros, y el tipo de retención es del 20%.
De esta manera, en el caso de 'El Gordo' de la Lotería de Navidad, que reparte un total de 400.000 euros, Hacienda aplica el gravamen sobre el exceso de los 40.000 euros exentos. Por lo tanto, se tributa sobre 360.000 euros, lo que supone una retención del 20%, es decir, 78.000 euros para Hacienda, y 328.000 euros para el ganador. En el caso del segundo premio, de 125.000 euros, el ganador recibiría 108.000 euros, mientras que Hacienda se llevaría 17.000 euros. Para el tercer premio, que es de 50.000 euros, solo se tributaría sobre 10.000 euros, lo que se traduce en 2.000 euros de retención. En los demás premios inferiores a 40.000 euros, no se aplica tributación, ya que están exentos del gravamen.
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Hasta que llegó Rajoy al Gobierno y con Cristóbal Montoro como Ministro de Hacienda no se tributaba por los premios obtenidos de las loterías. Co la Ley 16/2012 se instituyó el impuesto que se llevaba la AEAT y se sigue llevando con Sánchez.