El problema con el agua oxigenada
Al aplicar agua oxigenada sobre una herida, se produce una efervescencia característica que muchos asocian con una limpieza efectiva. No obstante, este proceso puede dañar tanto las bacterias como las células sanas de la piel, ralentizando la cicatrización y aumentando el riesgo de cicatrices. Según la Academia Americana de Dermatología, el uso de peróxido de hidrógeno en heridas abiertas puede irritar y dañar el tejido sano, lo que retrasa la curación.
Alternativas recomendadas por los profesionales de la salud
Los especialistas en dermatología y primeros auxilios sugieren métodos más seguros y efectivos para el cuidado de heridas:
1. Limpieza con agua y jabón suave: La primera medida es lavar la herida con agua corriente y un jabón neutro para eliminar suciedad y reducir la carga bacteriana.
2. Aplicación de antisépticos adecuados: Productos como la clorhexidina o la povidona yodada son preferibles, ya que desinfectan sin dañar las células sanas. La clorhexidina, en particular, es eficaz y segura para el tratamiento de heridas.
3. Cubrir la herida: Después de la limpieza, es aconsejable proteger la lesión con un apósito estéril que mantenga un ambiente húmedo, lo cual favorece una cicatrización más rápida y reduce el riesgo de infección.
4. Evitar el uso de alcohol y otros irritantes: El alcohol, al igual que el agua oxigenada, puede ser irritante y no es recomendable para heridas abiertas.
Importancia de la higiene y la atención médica
Mantener una higiene adecuada es esencial para prevenir infecciones. En caso de heridas profundas, con signos de infección o que no muestran mejoría, es fundamental buscar atención médica para recibir el tratamiento adecuado.
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