Lo importante es que el plato no cree condensación dentro del electrodoméstico. | Freepik

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La conservación adecuada de los alimentos es esencial para garantizar su seguridad y calidad. Una de las dudas más comunes es si es aconsejable introducir comida caliente directamente en el refrigerador. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es posible refrigerar alimentos cocinados una vez que han dejado de quemar, sin necesidad de esperar a que alcancen la temperatura ambiente.

Refrigerar los alimentos poco después de cocinarlos es fundamental para prevenir la proliferación de bacterias que pueden desarrollarse a temperaturas entre 5 °C y 65 °C. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) recomienda enfriar los alimentos rápidamente hasta alcanzar una temperatura segura de 4 °C o menos, lo que ayuda a prevenir el crecimiento bacteriano.

Sin embargo, introducir alimentos muy calientes en la nevera puede elevar la temperatura interna del electrodoméstico, afectando a otros productos almacenados y aumentando el consumo energético. Para mitigar este efecto, se aconseja dejar que la comida se enfríe ligeramente antes de refrigerarla. Además, es recomendable dividir los alimentos en porciones más pequeñas y colocarlos en recipientes poco profundos para facilitar un enfriamiento más rápido y uniforme.

Otro aspecto a considerar es la condensación que puede generarse al introducir alimentos calientes en la nevera. El vapor puede provocar humedad excesiva en el interior del refrigerador, favoreciendo la formación de moho y hongos. Para evitarlo, es aconsejable cubrir los recipientes con tapas herméticas o envolver los alimentos adecuadamente antes de almacenarlos.