¿Qué legumbres se congelan mejor y cuáles peor?

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Las legumbres son un tipo de alimento que deberíamos consumir con frecuencia hasta llegar a unos 840 gramos al mes, tal y como indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Además, pueden almacenarse en el congelador durante bastante tiempo, por lo que no se echan a perder rápidamente.

Pero hay algo que quizás nunca nos hemos preguntado y es si hay legumbres que se congelan mejor que otras. Tal vez algunas legumbres tiendan a congelarse peor. Habrá que ver si en estos casos influyen determinadas circunstancias ajenas a estos alimentos o si tiene que ver con su composición.

Todas las legumbres crudas se congelan muy bien. Tan solo hay que ponerlas en el congelador y en pocos minutos ya estarán congeladas. Las más pequeñas, como lentejas o guisantes, no tardan nada debido a su tamaño. Pero, en general, con todas las legumbres no habría problema para congelarlas.

La razón por la que las legumbres se congelan tan bien es debido a que están crudas y secas. Casi no tienen agua, lo que es muy beneficioso, ya que esto impide que proliferen las bacterias y que este tipo de alimento se mantenga apto para su consumo durante meses o incluso años.

¿Dónde puede estar el problema? En congelar legumbres que ya han sido cocidas, pero que nos sobran, o en legumbres que han sido previamente hidratadas, es decir, que no están secas. En estos casos puede que no sea conveniente congelarlas o que tarden más en hacerlo. Vamos a ver esto.

¿Por qué razón congelaríamos legumbres hidratadas? Pues para ahorrar tiempo. Si introducimos en el congelador garbanzos que previamente hemos puesto en remojo, será más fácil descongelarlos para consumirlos sin esperas. Esto puede ser importante si queremos prepararnos un plato y no tenemos tiempo.

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La gran mayoría de las legumbres necesitan que las pongamos a remojo el día o la noche anterior para que se hidraten y tengan una buena textura cuando las cocinemos. Tanto si nos sobran como si queremos ahorrar tiempo, hidratarlas y congelarlas es una buena opción. Sin embargo, recordemos que el agua favorece la proliferación de bacterias, por lo que hay que escurrirlas bien.

Además de congelar legumbres hidratadas, también es posible congelar legumbres cocidas. Esto es muy útil cuando sobra comida y no la queremos tirar, o para tener las legumbres preparadas y poder elaborar una comida rápidamente, sin esperar. Pero, hay que tener cuidado con el agua.

Conviene escurrir varias veces las legumbres cocidas para que las congelemos con la menor agua posible. Además, hay que tener cuidado con los platos elaborados como los guisos. Si congelamos un guiso que lleva patata o alguna harina, una vez descongelado la textura va a ser bastante desagradable.

Lo ideal es congelar las legumbres crudas y secas, y si las vamos a consumir pronto es mejor hidratarlas. Pero, congelarlas cocidas es algo que debemos hacer de una manera muy puntual. Eso sí, al hacerlo, debemos escurrirlas muy bien y poner la fecha de congelación. Pueden durar meses y la descongelación debe ser lenta para que la textura no se vuelva pastosa.

A pesar de tener en cuenta todo lo anterior, está claro que hay legumbres que se congelan mejor, como las judías (pintas y verdes) o las lentejas (también las rojas). Estas se pueden meter en el congelador tal cual estén sin problemas.

Las legumbres que se congelan peor son los garbanzos, las habas y las alubias, ya que deben ponerse en remojo antes para que su textura no se vea afectada cuando se descongelen para consumirlas. Tener todo esto en cuenta es importante para congelar bien las legumbres y que duren lo máximo posible.