El acompañante perfecto para una tarde calurosa | Pixabay

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El tinto de verano es una de las mejores bebidas para refrescarse en los meses de calor, temporada en la que aumenta su popularidad. El combinado es sencillo a la par que delicioso, por lo que es un éxito asegurado en aperitivos, comidas y cenas ya sean en casa, en un chiringuito o en una verbena. Tradicionalmente era una mezcla a partes iguales de vino tinto y gaseosa, pero en algunos lugares se ha ido desarrollando como un producto más exquisito que ha alcanzado el título de cóctel.

Una bebida con historia

Se conoce que su origen es en la Venta de Vargas (Córdoba) frecuentada por cantaores y guitarristas. A principios del siglo XX, en esta venta sureña se bebían un «vargas» para paliar el calor. La bebida, que ya era vino con gaseosa, fue inventada por Antonio Vargas del Moral, propietario del local y razón por la que se conocía bajo su apellido. Con el paso del tiempo, la bebida se popularizó y otros locales empezaron a servirla pero su nombre varió a tinto de verano, dado que era una mezcla con vino tinto que se bebía en verano. Para finales del siglo, algunas marcas ya lo comercializaban por todo el país y empezaron a exportarlo. 100 años después sigue siendo un éxito.

La receta perfecta

Se trata de un combinado que mantiene su receta original, mitad de vino tinto y mitad de gaseosa. Puede parecer fácil de preparar, pero su clave se esconde en el hielo, no se debe escatimar. Sobre todo, si el tinto de verano debe cumplir con su función original: refrescar. Actualmente, se puede encontrar la misma bebida sin alcohol, y es que el gusto no está reñido con la salud, la diversión o el volante. Según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), la versión 0% está dentro de las opciones más saludables entre las bebidas refrescantes que se pueden incorporar a la dieta estival sin remordimientos.

Variaciones del tinto de verano

La bebida, al igual que otros productos tradicionales como las croquetas, también ha sido sometida a la innovación. En algunas zonas es frecuente encontrar el vino mezclado con limón en lugar de gaseosa, lo que supone un extra de ácido cítrico. Por otro lado, la copa de tinto de verano generalmente se ve acompañada de una rodaja de limón, pero la creatividad ofrece alternativas como la lima, la naranja o incluso las cerezas. En el País Vasco, combinan el vino blanco con gaseosa y lo llaman pitilingorri, una variación para los amantes de los sabores más delicados.